martes, 6 de noviembre de 2007

Preguntas de la teología cristiana a la reencarnación contestadas

Dentro de los estudios teológico de carácter diverso que podemos encontrar, hemos observado que las principales objeciones al dogma de la reencarnación, la transmigración y el retorno o renacimiento, están sustentadas en principio por dos tipos de criterios:
a) los criterios de tipo teológico o bíblico ortodoxo.
b) Los cuestionamientos que nacen de una información deficiente y contradictoria al respecto.

Aunque con respecto a la primera duda, estamos haciendo algunas observaciones que permitan dar luz sobre el tema, a partir del cristianismo gnóstico clásico y contemporáneo, como el que sustentamos hace un tiempo atrás. El tema es aún más amplio y requiere de estudios algo mas precisos. No sin antes aclarar nuestras dudas con respecto al canon bíblico y sus respectivas traducciones.

Con respecto al segundo punto, vamos a tratar de esbozar el enfoque cristiano gnóstico y contestar las preguntas mas frecuentes de la teología ortodoxa.

Antes de todo ello, aclararemos los términos de acuerdo al criterio mas sensato que se mantiene el cristianismo gnóstico. El cual difiere de otras fuentes, como el dogma de la simple evolución teosófica.

Retorno o Transmigración: El alma o porcentaje conciente del Ser vuelve a tomar apariencia física cada determinado espacio de tiempo, acompañado de los elementos indeseables o egos. Este proceso es guiado por la Ley que en el Indostán se denomina Karma.

Recurrencia: Si todo retorna, el ego, demonio o yo pecador (pluralizado) también, y si todo se repite, es claro que el ego vuelve a repetir el drama de la existencia. Esta es la ley de Recurrencia: Todo vuelve a ocurrir tal como sucedió más los resultados.

Reencarnación: Solo un alma evolucionada retorna de manera voluntaria, elige su familia, su país, etc. El resto de porcentajes de almas, esencias, retorna o transmigra mecánicamente según las leyes cósmica: karma, ritmo, etc.

Simplicio, citado por Ouspenky, escribió: "Los pitagóricos dijeron que las mismas cosas se repiten una y otra vez".

Nietzche intuye de algun modo también el "Eterno Retorno"

Para la doctrina gnóstica la repetición mecánica de las circunstancias del yo pecador (ego) impide la Verdadera Redención, a menos que el cristiano se decida a revolucionarse a sí mismo con la Negación de Si mismo, la muerte del yo pecador, la castidad científica y la caridad. Y, en última instancia, la Cristificación de su porcentaje de Alma.

Este proceso debe complementarse con el conocimiento y la comprensión de las leyes de Evolución e Involución.

La teología ortodoxa plantea algunas cuestiones a todos estos conceptos , las mismas que enumera el Lic. Guido Adolfo Rojas Zamorano :
1. No puede definir con claridad en qué momento el alma humana empieza a existir
2. No se sabe cuántas vidas tienen que experimentar
3. No se determina cuánto tiempo tiene que pasar entre una reencarnación y la otra
4. No está establecido cuanto tiempo dura todo este proceso de nacer, morir y renacer hasta alcanzar el ciclo final
5. No presenta una explicación lógica al origen del mal, pues si solamente los buenos o los menos buenos reencarnan en seres humanos; los malos que renacen en seres inferiores, tendrán una desventaja al no tener conciencia de sus errores pasados.
Pasemos entonces a definir estas cuestiones.

1. No puede definir con claridad en qué momento el alma humana empieza a existir

La concepción sobre el origen del alma es el mismo que comprende la teología cristiana ortodoxa. Es mas, sus conceptos al respecto serían infecundos sin el auxilio que brindaron las corrientes gnósticas en los dos primeros siglos de la historia del cristianismo (antes del credo niceno).
Toda la teoría de la Salvación gnóstica se centra en el regreso al Padre, El Ser o al Uno, al Pleroma (reino de la luz, donde mora el Dios bueno, origen del hombre y hacia donde este se debe encaminar). Los gnósticos de aquel entonces percibían las deficiencias lógicas y morales de este mundo como signo de su error, ya que el hombre se sentía como un desterrado que anhelaba una perfección y felicidad que este mundo imperfecto era incapaz de darle.
Por tanto, el lugar propio del hombre se encontraba en otro ámbito distinto al terrestre, en donde la unidad-verdad fuese fuente de perfección y permanencia (alejados del tiempo seréis seres de luz y no de muerte), pasando de la ignorancia al conocimiento perfecto. Todas las cosas tienen un único origen, ingénito, inmortal y bueno" (Ptolomeo, Carta a Flora)
El hombre, mediante la gnosis, que es un conocimiento superior, que procede de Dios, y que el hombre descubre mediante la recuperación de la memoria sobre su origen y esa chispa de la divinidad que hay en su alma.
Por tanto el origen del alma está en el aliento mismo de Dios descrito en el Génesis. El aliento de vida o "Nephesh Chayim" es la comunicación del alma a la creatura de arcilla (el golem). El hombre sin ese hálito de vida sería equivalente a una estatua. No sería imagen ni semejanza.
Algunas metáforas comparan asi a Dios como un gran Sol, del cual salen constantemente chispas de fuego. Estas chispas siguen su proceso de ascención a finde reintegrarse a Dios mismo. Este camino es largo, y requiere de constantes encarnaciones o transmigraciones, en las que se posibilita al alma su ascención hacia lo divino si así lo siente profundamente. La oportunidad de redención es ofrecida a todas estas chispas, pero solo algunas aspiran a la mística santidad, a la mestrría de su Ser.
El cristianismo siempre observó que alma y cuerpo se yuxtaponen en esta existencia, pero lo que trasciende es el alma, ya que la carne muere. El bashar (carne) es un concepto que no se opone a ruah (soplo) .Cuando Pablo dice: "Vuestros cuerpos son templo del Espíritu...(1 Cor 6,19)" o bien "Ustedes son el templo... (1 Cor, 3-17)" resalta el aspecto experimentable del concepto.

Sin embargo Cristo mismo recordo que la carne (bashar) es débil, y a veces es un obstáculo para la ambición celeste del espíritu divinal.

El gnosticismo identifica el alma, lo mismo que los padres de la iglesia, con la conciencia. De la cual decimos poseemos una mínima porción, ya que el resto está obstruida por los egos (yoes pecadores, yoes del error). A medida que despertamos conciencia, se ilumina el alma.

2. No se sabe cuántas vidas tienen que experimentar

Los evangelios canónicos han disimulado y destruido las referencias a este ciclo, si bien pueden ser comprendidos en el simbolismo del número nueve (9). «...os enviaré mi bendición el sexto año, y ella hará que haya fruto por tres años… hasta el año noveno, hasta que venga su fruto, comeréis del añejo» (Lv. 25:20-22).
Esto porque el ciclo de encarnaciones es 108 ( 1+8 =9). El siete representa la organización interior de la Chispa.

A todas las personas son concedidas 108 existencias para que hagan su trabajo. Esto está simbolizado en las 108 cuentas del collar de Buda entre los indostánicos. Si en esas 108 existencias no nos auto-realizamos, entramos en el proceso de involución.

Este ciclo de evolución e involución corresponde a un giro de la llamada rueda del Samsara.
Otras 108 existencias tendrá la Esencia para realizar su trabajo de Auto-Realización.
Sin embargo, la rueda del Samsara gira 3000 veces para cada existencia. Después del último giro todas las puertas estarán cerradas. El Real Ser entonces recogerá su esencia que volverá inconsciente para el Absoluto. Concluimos entonces que tenemos 108 X 3000 = 324.000 (otra vez el nueve) existencias para hacer nuestro trabajo. El problema es que somos muy antiguos, pasamos muchas veces por los mismos procesos involutivos y evolutivos y no sabemos cuántas existencias nos faltan.

3. No se determina cuánto tiempo tiene que pasar entre una reencarnación y la otra

Este proceso está sometido a la ley del karma y el dharma. A veces para que una chispa divinal alcance sumejor desarrollo le conviene nacer pronto, lo cual a veces trae un problema, ya que este ser será una especie de "adelantado a su época". La esencias que retornan pronto suelen ser a veces niños prodigio. Un caso conocido es el de Mozart, quiem fue preciso que retornara desde su anterior encarnación, a fin de que la paternidad de Leopold y el ambiente favorable de Austria en su tiempo, le permitiera desarrollar su misión musical.
En otros casos el tiempo puede tardar hasta mas de un siglo.

4. No está establecido cuanto tiempo dura todo este proceso de nacer, morir y renacer hasta alcanzar el ciclo final

Como ya dijimos, esta respuesta es de 324.000 existencias . Aunque un Alma que Retorna al Padre en menor tiempo que este ciclo mecánico es siempre preferible.
Muchos de los primeros escritos cristianos o cartas terminaban con el número 99, porque la gematría de la palabra «amén» o el «verdaderamente» de nuestro Señor es el 99. Esto nos recuerda nuevamente que el número 9, siendo 3 x 3, es un símbolo reforzado de la perfección divina. El nueve es la esperanza del retorno al Padre. Que se haga su Voluntad.

5. No presenta una explicación lógica al origen del mal, pues si solamente los buenos o los menos buenos reencarnan en seres humanos; los malos que renacen en seres inferiores, tendrán una desventaja al no tener conciencia de sus errores pasados.

Este concepto es verdaderamente erróneo. Mientras dura el ciclo evolutivo siempre la tendencia es a mayor, vale decir, desde mineral, a animal y luego "humano". El objetivo luego de llegar a este punto es el de aceptar la Redención Crística y luego, la Unión con el Padre.
Pero como muchos son los llamados y pocos los elegidos, y hay semillas que caen en mala tierra; terminado el ciclo de evolución, comienza el ciclo de involución. Quien tiene que sacar la sabiduría es el Ser interior, al acontecer ese sufrimiento infernal o mas bien, purgatorio. Quienes no siguen la salvación, obviamente que se pierdem.
Si luego de todo este periodo de giros y giros de la Rueda del Samsara nunca se liberan, entonces el alma retorna al Padre pero en estado puro. No es un alma que ha trabajado sobre sí, no alcanza la maestrría.
Nuestra doctrina nos dice que aquellas almas que no se esfuerzan por santificarse y, mas aún, alcanzar la maestría; se comparan a aquellas con la distancia que hay entre una hormiga y un humano.
Aclaramos finalmente que los cristianos gnósticos nunca decimos que solo hay una etrna evolución y que todas las almas van a regresar al Padre mecánicamente. Los cristianos gnósticos estamos en perfecto acuerdo con nuestros hermanos ortodoxos, que se requiere un esfuerzo voluntario, una infinita caridad, y un amor profundo, para alcanzar esta meta.

viernes, 2 de noviembre de 2007

La medicina en el cristianismo

La medicina, desde sus remotos orígenes, fue un oficio sagrado y una función sacerdotal. Pero sólo con el cristianismo logrará superar el sentido supersticioso-mágico que tuvo en los pueblos primitivos, alcanzando la plenitud de su significado religioso y espiritual.
Según nos refiere don Sergio Peña y Lillo, Jesús de Nazaret, en su vida pública, hizo dos cosas: enseñó su Evangelio y fue médico; mostró el camino de la redención del alma y venció la enfermedad del cuerpo y aun la muerte. Incluso, el propio Misterio Pascual -sentido último de la fe cristiana- puede estimarse como una suerte de medicina mística, ya que implica la restauración de esa herida sobrenatural del hombre que fue el Pecado Original. Pero Jesús -como señala acertadamente Bernard Tyrrell no mejoró enfermos sólo para mostrar su poder sobrenatural, ni siquiera por mera caridad o compasión. Lo hizo porque Él era la vida y, por lo mismo, su plenitud la que conlleva -necesariamente- la salud, la armonía anímico-organísmica y la felicidad.
Se ha dicho, desde esta perspectiva, que en los tres simbólicos regalos que los magos del Oriente le ofrecieron a Jesús recién nacido, ya estaba prefigurada su vocación de terapeuta: el oro para el rey; el incienso para el sacerdote y la mirra para el médico
El ilustrado Dr. Jorge Cárdenas Arévalo nos ilustra un pco mas respecto a la relación entre el cristianismo y la medicina:
"San Lucas era médico ...,posteriormente la fuerza espiritual de los santos y mártires se trasmite a través de las reliquias y posteriormente aparecieron los santos protectores, y los santos especialistas de patologías especiales. Desde entonces ya se consideraba deber cristiano atender a los enfermos con generosidad y amor al prójimo. El año 326 por el Edicto de Milán, cuando el Emperador Constantino declara el Cristianismo como religión oficial de Roma, se fundan Iglesias, monasterios, en donde la caridad para el doliente, la misión sanadora del cristianismo y la fe, es lo más importante. La asistencia por amor al enfermo, hace que los creyentes aumentaran rápidamente, así es como se funda el monasterio de Oriente por San Pacomio (292 – 348) donde se trataban enfermos, también se funda el hospital de Cesarea Capadocia por el obispo Basilio, conocida como la ciudad hospitalaria.

En Occidente, el Fundador de la Medicina Monástica fue San Benito de Nursia (480 – 547), funda el monasterio de Monte Cassino (529) donde se inicia la medicina monástica ; este monasterio tenía por regla obligatoria: "La Regula Benedicti" "Ora y trabaja en la asistencia de enfermos antes de todo y sobre todo", también San Benito de Nursia, fundó el monasterio de Subiaco, dedicado a San Cosme y San Damian, quienes en los años 300 , sufrieron la persecución de Dioclesiano, según la tradición cristiana, efectuaron el primer transplante de la historia de la medicina trasplantaron la pierna amputada de un hombre negro apenas muerto, a un hombre blanco con la pierna gangrenada, fueron los patronos protectores de médicos y boticarios.
En estos múltiples monasterios dedicados a la sanación, nace la necesidad de que los novicios y monjes tuvieran una preparación y conocimientos médicos, ya que desde Montecassino, atender un enfermo no solo era dar de comer o beber sino también aliviar sus dolores, medicarlos, curar sus enfermedades internas, las más difíciles de entender por falta de conocimientos médicos que no se podían improvisar, por lo que la enseñanza médica se instituye en los monasterios, para los novicios que querían seguir las obras de Cristo. Al inicio la asistencia médica se limitaba dentro del monasterio, posteriormente el monje – enfermero – médico,- sale a curar enfermos entre la población y en el campo. Entre los muchos méritos de aquellos monjes médicos cristianos, está el haber guardado, conservado, copiado y traducido antiguos códigos, textos y escritos de medicina, en sus celdas y en las bibliotecas, copiaban sobre pergamino con paciencia y pericia los textos de Galeno, Celso, Oribacio, Aureliano, Rufo de Efeso, los de Plinio, no sólo en un monasterio, sino en todos los monasterios, los religiosos tradujeron al latín, todos los conocimientos greco – latinos, destacando Cassiodoro "El Herudito", que fundó su monasterio en Calabria, donde se desarrolló una escuela médica –monástica, en Vivariun, se funda "El Scriptorium", aquí se rescataron, tradujeron y copiaron las obras de Hipócrates como la "Naturaleza Médica", a Dioscorides, Galeno y muchos otros, Cassiodoro escribió una Enciclopedia de Historia Natural.
Isidoro de Sevilla (560 – 636), Obispo, médico, escribió "Etymologierum Libri XX" recopila todo el saber de su época, sobre las artes y ciencias, sobre el cuerpo humano, dietética, en el se da un lugar destacado a la medicina, que debía ser enseñada en las escuelas, este libro constituía el Trivium (gramática – retórica y dialéctica), y el Cuadrivium (aritmética, geometría, música y astronomía) además de la física y la medicina, tuvieron gran difusión y sirvieron como textos de enseñanza casi mil años, formando la triada clásica : La Dieta : modo de vida sana; La Pharmacia : doctrina de los medicamentos y La Chirugia : intervención quirúrgica con instrumentos. Isidoro destaca mucho la Tuitio o Profilaxis y la Restauratio Terapia y reclama que el médico debe conocer y cumplir tres misiones fundamentales en sus actuaciones: la Anamnesis es decir realizar el Praeterita Agnocere- estudiar el pasado del enfermo- hacer el diagnostico o conocer el presente: Praesentia Scire, y hacer el pronóstico : Futura Praevidere.
Nos escribe sobre el simbolismo cristiano y la musica. En esta época por amor a Cristo, se crearon tanto monasterios como numerosas instituciones para el cuidado de los enfermos. Así tenemos: Ifirmarium, para monjes enfermos; Ptochia, para cuidar a los pobres; Gerontochia, para cuidar a los ancianos; Xenodochia, para los extranjeros; Brephotrophia, . para los expositos ,Orphanotrophia para los huérfanos, Nosocomia, para los enfermos y Exinodochium Leprosorum, para los leprosos.

El nombre Hospital aparece recién en el siglo VIII por el Papa Esteban II. Santa Elena, madre de Constantino, en el año 330, fundó un hospital en Constantinopla, pero también a lo largo del Imperio de Occidente y del Imperio de Oriente, se fundan muchos hospitales.
El Cristianismo, pasa a ser el nexo cultural –religioso y médico entre Oriente y Occidente, lamentablemente las divisiones y disputas teológicas irreversibles, tuvieron gran influencia en la historia de la medicina.
Nestorio, patriarca de Constantinopla, a partir del Consilio de Efeso en el 431, fue destituído como Patriarca y expulsado a Antioquía en la Mesopotamia; Nestorio, hombre inteligente, formado también como médico, en su exilio fundó la escuela Médica de Edessa en Asiria y Mesopotamia; después los nestorianos (monjes – teólogos y médicos seguidores de Nestorio), se marcharon a Persia, llevándose todos los textos escritos, donde fundaron la Escuela Médica de Gondishapur, que floreció durante varios siglos con sus hospitales y donde se tradujeron los escritos griegos y antiguos al latín y al árabe, los nestorianos fueron los que más influyeron en la medicina Arabe.
Vemos pues como en Oriente y Occidente, los cristianos fueron los guardianes de los conocimientos desde los Sumerios, griegos, egipcios y romanos, los cuidaron, copiaron y tradujeron, y luego, los difundieron, para llegar hasta la actualidad en que todavía se estudian.
Aurelio Casiodoro, secretario de Teodorico El Grande, sacerdote, médico, recomendó los estudios de Hipócrates, Galeno, Dioscorides y Celio Aureliano, en los múltiples monasterios cristianos que se multiplicaron por Europa y Asia, especialmente en Inglaterra, Francia, España, Italia, la Germanía, donde se aseguró el predominio de la Medicina Monástica.
Alejandro de Tralles escribe varios libros sobre Patología y tratamiento de cada uno de los órganos y regiones corporales en su "Therapeutika" describe las enfermedades "De la cabeza a los pies".
Los monjes médicos son expertos en plantas medicinales muchas de las cuales se cultivaron en el propio monasterio, el primer escrito de medicina monacal es la "Farmacopea de Lorsch" (795), también
en el "Hortulus" obra de Walahfid se describe los,placeres y utilidad de las plantas desde Dioscorides, Plinio el Viejo hasta sus propios estudios sobre el valor de los vegetales también se relatan los estudios y cuidados del monje benedictino Rabano Mauro con su obra naturista "De Universo" sobre las plantas medicinales.
Hasta aquí la docta elucidación del doctor Cárdenas Arévalo.
Nos queda aquí acotar que para el conocimiento de la medicina espiritual nos resultara muy útil comprender el funcionamiento del mismo a partir de la percepción real de la sustancia y el don designado por el mismo Dios. Tal como decía Paracelso: "Aquel que puede curar enfermedades, es médico. Ni los emperadores, ni los papas, ni los colegios, ni las escuelas superiores pueden crear médicos, pueden conferir privilegios y hacer que una persona que no es médico aparezca como si lo fuera, puede darle permiso para matar, mas no pueden darle poder de sanar, no pueden hacerlo médico verdadero si no ha sido ya ordenado por Dios”. (Paracelso)

Por su parte el maestro nos explica: Para ser médico verdadero se necesita tener sabiduría. La palabra “uisdom” (sabiduría) se deriva de vid (ver) y de don (juicio) Aquí se alude a lo que se ve con los sentidos del alma y del INTIMO; a los juicios sabios, fundamentados en esas percepciones ultra-sensoriales, y no simples intelectualismos dogmáticos, a vanidosas suficiencias profesionales, ya en declinación y decrepitud.
¿Cómo puede llegar a la sabiduría aquel que no ha desarrollado la clarividencia? ¿Cómo puede ser médico de los demás aquél que no es médico de sí mismo? ¿Cómo puede sanar a los demás aquél que no está sano en su corazón?

La Maestra H. P. Blavatsky dice también con respecto a tan noble oficio: “Cuando aparecieron en la tierra hombres dotados de inteligencia superior, dejaron a este poder supremo (el intimo) obrar irresistiblemente, y de él aprendieron sus primeras lecciones. Todo lo que tuvieron que hacer, fue imitarlo, pero para reproducir los mismos efectos por un esfuerzo de voluntad individual, se hallaron obligados a desarrollar en su constitución humana un poder creativo (el Kundalini), llamado Kriyasakty en la fraseología oculta”.
Para ser médico es preciso el fuego del Espíritu Santo. Este fuego resulta de la transmutación de nuestras secreciones sexuales , a través de la castidad científica.
¿Cómo puede servir de vehículo de expresión para el “INTIMO’ aquel cuya alma está manchada por el amor al lucro y por la sed insaciable de fornicación?
El “INTIMO” en nosotros, es nuestro Maestro Interior, Dios, nuestro “Real Ser”, nuestro “Espíritu”, nuestro Yo Superior, nuestro Padre que está en secreto. El “INTIMO” es una llama inefable de la Gran Hoguera; Un fragmento del absoluto en nuestro corazón.
El “INTIMO” dentro de nosotros es aquel Ruach Elohim que según Moisés, labraba las aguas en el principio del mundo. El “INTIMO” es la “MONADA” de Carpócrates, el “DAIMON” de Sócrates, la Seidad de los tibetanos, el silencioso Gandarva o Músico Celeste de los Hindúes.
El “INTIMO” es nuestro Padre en nosotros, el Alma es el Hijo, y el Espíritu Santo es la fuerza sexual, llamada por los sabios védicos Kundalini, simbolizada en la culebra. Cuando el hombre ha desarrollado en su constitución humana ese poder del fuego, entonces es ya médico auténtico, ungido por Dios. De esta manera el “INTIMO” Divino se expresa a través del Ungido, y realiza asombrosas curaciones.
Un hombre puede haber estudiado teóricamente el organismo humano y sus enfermedades, pero esto no quiere decir que tenga el poder de sanar, porque nadie puede recibir este poder de los hombres, sino de Dios.

Por toda esta comprensión divina de la inminente relación de la salud del alma y del cuerpo físico, los sabios médicos de la antiguedad no vacilaron en dilucidar sus consonancias:

Para San Beda el Venerable (ca.675 -735).La creación es la historia de la luz que se expande en la naturaleza, que culmina en el sol, como “cabeza” del cosmos. El hombre por su parte es el sol del microcosmos, al constituir la suprema joya de todos los seres vivientes. La persona sana brilla en el “Lumen Corporis” y la enfermedad solo es el resplandor empañado. Es el precursor de la escolástica de la edad media. (Cristo es la luz que ilumina al hombre, el Sol mismo dentro del humano, y el pecado (ego) la causa de la enfermedad y la muerte. Por esto Cristo es el médico de los médicos).
Para Bamberg (ca. 800) La enfermedad puede ser beneficiosa para el hombre, cuando abre sus endurecidos sentidos, y la salud peligrosa que invariable le incita a cometer nuevas y continuas rebeldías. Recomienda cuidar el cuerpo, mientras la última decisión sobre la salud y la enfermedad corresponde a Dios.
La Escuela de Chartres es un centro importante entre los siglos X y XII. Fulberto de Chartres escribe a su discípulo Hildegario: “ Mantén limpia tu imaginación porque la limpieza del pensamiento permite ahuyentar aquellos trastornos de ánimo producidos por indisposición corporal” El ego (el yo pecador) es en sí mismo la causa de la enfermedad y de la muerte.

Sin embargo, mientras alcanzamos el don divino de la auténtica curación, debemos servirnos de la sabiduría y la caridad para obrar el bien en la salud del prójimo y de nosotros mismos, porque bien dice la palabra.

35 Tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fuí huésped, y me recogisteis;
36 Desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; estuve en la cárcel, y vinisteis á mí.
37 Entonces los justos le responderán, diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos? ¿ó sediento, y te dimos de beber?
38 ¿Y cuándo te vimos huésped, y te recogimos? ¿ó desnudo, y te cubrimos?
39 ¿O cuándo te vimos enfermo, ó en la cárcel, y vinimos á ti?
40 Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis á uno de estos mis hermanos pequeñitos, á mí lo hicisteis.
(Mateo XXV, 35-40).

Naturaleza del demonio y su aniquilación

Dentro del cristianismo clásico existen dos definiciones con respecto a los demonios:

a) Entidades tenebrosas que habitan en los inframundos de este universo.

b) Entidades tenebrosas que habitan dentro del individuo. Es el yo pecador o ego demonio que induce al pecado y el arror.

Ambos son igualmente peligrosos dentro del camino hacia la santificación y la cristificación mística interior. Pero de ambas definiciones, los más peligrosos e indeseables son precisamente los demonios que habitan dentro del ser humano. Samael Aun Weor nos lo presenta asi: "En sí mismo, el Ego es una suma de diversos elementos inhumanos que en nuestro interior cargamos; es obvio que a tales "elementos" los denominamos Ira, Codicia, Lujuria, Envidia, Orgullo, Pereza, Gula, etc., etc., etc...El "yo", en sí mismo, es tiempo; el "yo", en sí mismo, es un libro de muchos tomos; en el "yo" están todas nuestras aberraciones, todos nuestros defectos, aquello que hace de nosotros verdaderos animales intelectuales en el sentido más completo de la palabra.

El problema del dolor humano reside exclusivamente en nuestros defectos. Por culpa de ellos cada uno va sembrando en su vida el dolor, el sufrimiento, la miseria, la enfermedad, sufrimos y aun hacemos sufrir al resto de la humanidad aunque sea a nuestra propia familia.

Nuestro subconsciente es llamado en el cristianismo gnóstico "la ciudad psicológica", pues en ella viven muchas personas o defectos que son los que piensan, sienten y actúan por nosotros.
En ese sentido nosotros somos como títeres o marionetas manejados por hilos invisibles, así, un defecto nos hace reír, otro llorar, otro amar, otro pelear, otro sentirnos grandes, otro sentirnos infelices, otro robar, otro matar, etc.Todo lo que vamos hacer, primero lo pensamos, por ejemplo, si voy ha engañar a una mujer pienso lo que le voy ha decir, etc.
Si nosotros pudiéramos disponer de una practica que nos permitiera conocernos a nosotros mismos, a nuestras formas de pensar, sentir y actuar, es lógico que eliminaríamos nuestros defectos, no cometeríamos errores y haríamos de nuestras vidas algo mejor.
Pero la humanidad esta indefensa. Por culpa de los defectos sembramos nuestro propio dolor: cárcel, muerte, violencia, hogares separados, etc.
Un defecto de la ira nos hace matar y pagamos 10 o 15 años en una cárcel. Otro defecto nos hace engañar a una mujer, después mandamos a abortar a nuestro propio hijo, pero mas tarde lo pagaremos con la misma moneda, pues como dice el Cristo: “CON LA VARA QUE MIDES SERÀS MEDIDO”. Si una mata morirá al nacer en la próxima vida para pagar ese aborto.
Por un defecto de ira, por una insignificancia, se pelean los esposos, sufren los hijos y se separan los hogares.
Queremos recuperar de manera precisa, esa metanoia auténtica que significa la muerte de esos egos o yoes pecadores, yoes del error que moran dentro de nosotros. La realidad después de tantos años es que los métodos del cristianismo romano, griego ni germano, acatados tras el concilio niceno, no han dado resultado positivo en la tarea de liberar finalmente al pobre habitante de este mundo de sus sufrimientos y debilidades. Ni el sacaramento de la confesión, ni el arrepentimiento verbal, ni la mera penitencia son útiles para alcanzar la liberación absioluta del Yo Pecador.


HISTORIA Y DEFINICIONES:

Ya los padres del cristianismo se refirieron a los demonios interiores y exteriores afirmando sus características:

-Siempre está ojo avizor contra nosotros el enemigo antiguo; no nos durmamos. Sugiere halagos, pone celadas, introduce malos pensamientos y, para llevarnos a dolorosa ruina, pone delante lucros y amenaza con perjuicios. Todos ahora y cada uno es probado, cada cual a su modo (SAN AGusTiN, Sermon 6).

-Las cosas que proceden de la naturaleza y las que parten de nuestra voluntad, son de poca importancia, comparadas con la guerra implacable que nos tiene declarada el demonio (SAN JUAN CRISOSTOMO,en Catena Aurea,vol I, p.374).

-Nuestro enemigo el diablo nos rodea siempre, tratando de quitarnos la semilla de la palabra que ha sido puesta en nosotros (SAN ATANASIO, en Catena Aurea, vol. Vl, p. 396).

Los demonios o egos que actúan dentro de nosotros, se suceden unos a otros y nos hacen actuar mecánicamente. Verdaderamente, los pobres habitantes de este planeta, somos pues víctimas de estos elementos infrahumanos de nuestra subconciencia e inconciencia. Cada uno de estos Yoes, cada una de estas personas, lucha por la supremacía, quiere ser exclusiva, controla el cerebro intelectual o los centros emocional y motor cada vez que puede, mientras otro lo desplaza. Esperan la menor ocasión de descuido para atacar, tal como refieren los venerables patriarcas.
-Como general competente que asedia un fortín, estudia el demonio los puntos flacos del hombre a quien intenta derrotar, y lo tienta por su parte más débil (SANTO TOMAS, Sobre el Padrenuestro, 1. c., p. 162).

Como estos demonios poseen una parte de la energía del centro motor, emocional e intelectual, hacen que el ser humano cometa cosas que en estado de plena conciencia jamás realizaría. El demonio se aprovecha del sueño de la conciencia.

-El diablo no permite a aquellos que no velan, que vean el mal hasta que lo han consumado (SAN JUAN CRISOSTOMO, en Catena Aurea, vol. III, p. 345).

-El lobo roba y dispersa las ovejas, porque a unos los arrastra a la impureza, a otros inflama con la avaricia, a otros los hincha con la soberbia, a otros los separa por medio de la ira, a este le estimula con la envidia, al otro le incita con el engaño. De la misma manera que el lobo dispersa las ovejas de un rebaño y las mata, así también hace el diablo con las almas de los fieles por medio de las tentaciones (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 14 sobre los Evang.).

Ciertamente, como dijeron estos lúcidos seres, y todo creyente, se aparta el demonio con la actitud mística y devota, y con la voluntad de vencer el mal. Asi, philokalia y metanoia son útiles en la lucha contra las potestades infernales.

Mas no es suficiente para reducir a polvareda cósmica el ego en sí mismo. Hace falta una disciplina mas firme para eleiminar el yo demonio o pecador.

Samel Aun Weor nos dice, al respecto: Cuando uno de verdad quiere conocerse a sí mismo, debe auto-observarse y tratar de conocer los diferentes «Yoes» que están metidos dentro de la personalidad.
Si alguno de nuestros lectores no comprende todavía esta Doctrina de los Muchos Yoes, se debe exclusivamente a la falta de práctica en materia de Auto-Observación.

A medida que uno practica la auto-observación interior, va descubriendo por sí mismo a muchas gentes, a muchos «Yoes», que viven dentro de nuestra propia personalidad.
Quienes niegan la Doctrina de los muchos yoes, quienes adoran a un Yo Divino, indubitablemente jamás se han Auto-observado seriamente. Hablando esta vez en estilo Socrático diremos que esas gentes no sólo ignoran sino además ignoran que ignoran.
Ciertamente jamás podríamos conocernos a sí mismos, sin la auto-observación seria y profunda.
En tanto un sujeto cualquiera siga considerándose como Uno, es claro que cualquier cambio interior será algo más que imposible. "

PASOS PREVIOS PARA ELIMINAR LOS YOES PECADORES
Luego de este estudio de autoobservación, conoceremos por qué es necesario eliminar por completo estos elementos infrahumanos, y alcanzar la unión mística con Dios. Realmente los egos demoniacos impiden nuestra correcta relación con nuestro Cristo Intimo, con la Conciencia, con la Esencia o mónada pitagórica.
Por eso hay la necesidad de sacarla del Ego mediante trabajos concientes y de esfuerzos.El ego es la causa de que nuestra conciencia se encuentre dormida. Nuestra conciencia no puede expresarse porque somos víctimas de las circunstancias, títeres de los egos, yoes, demonios o defectos.
El cerebro es un órgano transmisor, él recibe las órdenes y las distribuye al cuerpo según el defecto que domina nuestra mente en ese momento. El cerebro es el centro que controla el cuerpo físico.
En la esencia, en la conciencia, se hallan depositados los datos indispensables para la regeneración, para la Auto-Realización íntima y la vivencia completa y verificación directa de las cosas.
Si en este elemento primario se encuentran los principios básicos de la regeneración, obviamente lo primero que debemos hacer es destruir, aniquilar esa segunda naturaleza de tipo infernal dentro de la cual se halla aprisionada la esencia.
Al liberar la esencia, al despertarla, tenemos varias ventajas:
-Primero: ella tiene la capacidad de orientarnos y dirigir sabiamente nuestros pasos por la senda del filo de la navaja, que ha de conducirnos hasta la liberación final. La auténtica redención cística operada por el mismo Cristo en nosotros.
-Segundo: nos permite vivir las experiencias directas, iluminación íntegra, vivencia luminosa, confirmación práctica.
Existen varios tipos de energía dentro de nosotros mismos: energía mecánica, energía vital, energía psíquica, energía mental, energía de la voluntad, energía de la conciencia, y energía del espíritu puro.
Por mucho que multipliquemos la energía mecánica jamás lograríamos despertar la conciencia, por mucho que incrementemos las fuerzas vitales dentro de nuestro organismo nunca llegaríamos a despertar conciencia.
Muchos procesos psicológicos se realizan dentro de nosotros mismos sin que por ello intervenga para nada la conciencia.
Por muy grande que sean las disciplinas de la mente o aunque multipliquemos hasta el infinito la fuerza de la voluntad, no conseguiremos despertar conciencia.
Todos estos tipos de Energía se escalonan en distintos niveles y dimensiones que nada tienen que ver con la conciencia.
La conciencia sólo puede ser despertada mediante trabajos concientes y rectos esfuerzos.
En la esencia está la religión, la sabiduría, las partículas de dolor de nuestro Padre que está en los cielos y todos los datos que necesitamos para la Autorrealización Íntima del Ser.
Nadie podría aniquilar el Yo Psicológico sin eliminar previamente los elementos inhumanos que llevamos dentro. Incuestionablemente cuando el Yo Psicológico ha muerto, resplandece en nosotros la Esencia. La Esencia libre nos confiere belleza íntima; de tal belleza emanan la felicidad perfecta y el verdadero Amor.
La Esencia posee múltiples sentidos de perfección y extraordinarios poderes naturales.
Con el despertar de la Conciencia se pueden conocer los Misterios de la Vida y de la Muerte, se puede experimentar eso que no es del tiempo, eso que es la Verdad.
Se tiene también acceso a la ciencia objetiva, universal y pura. Es por ello que no debemos dejarnos fascinar por la ciencia subjetiva de hoy en día.
Los fenómenos naturales en modo alguno, coinciden exactamente con los conceptos formulados por la mente. La vida se desenvuelve de instante en instante y cuando la capturamos para analizarla, la matamos.
Cuando intentamos inferir conceptos al observar tal o cual fenómeno natural de hecho dejamos de percibir la realidad del fenómeno y sólo vemos en el mismo el reflejo de las teorías y conceptos rancios que nada tienen que ver con el hecho observado.
Es necesario experimentar en forma directa todo lo que se nos enseñe. La experiencia de lo real es cardinal y definitivo para la Comprensión Creadora.
El lenguaje de la conciencia es simbólico, íntimo y profundamente significativo.
Cuando nosotros emprendamos un trabajo serio sobre sí mismos, vamos desintegrando el Yo y liberando proporcionalmente la Esencia que se encuentra embotellada en el Yo y, esas partículas de Esencia liberadas, se van sumando a la Esencia o chispa Divinal.
Cuando toda esta Esencia que llevamos dentro ha sido integrada, pasa a unirse al Alma, desde luego este trabajo tiene que ser o llevarse al unísono con la creación de los Cuerpos Superiores Existenciales del Ser o Cuerpos Solares que servirán de vehículo a esa Alma.
Este aprendizaje lo iremos desarrollando poco a poco a través de las didácticas milenarias del cristianismo gnóstico, que aquí se señalarán.