sábado, 6 de octubre de 2007

Benedicto XVI confirma que Jesús era esenio

El Pontífice de la Iglesia Católica Apostólica Romana - y, en definitiva, uno de los más grandes pensadores de todo el cristianismo a nivel global contemporáneo- , ha presentado una de las obras mas bellas y necesarias para estos tiempos, con respecto a la figura de lo que llamamos el Cristo histórico, el texto se llama "Jesús de Nazareth", y es sin lugar a dudas un esclarecimiento competente con respectoa las tendencias de "socializar" a Jesús deshumanizandolo o de atribuirle categorías que nbo le corresponden. Como dice el señor Verbal : "éste es un ensayo teológico con una tesis precisa, que toca un punto neurálgico de la teología actual, a saber: que el Jesús de los Evangelios es el Jesús histórico real; o bien, que el llamado "Jesús de la historia" es el mismo "Cristo de la fe", el único Jesús de Nazaret, sin ninguna distancia interpuesta".-

En esta obra interesante , Ratzinger afirma que Cristo celebró la Pascua según los ritos esenios. Gloria Garrido nos lo explicó ya, en ocasión de que el Papa mencionara esta verdad en un discurso de Jueves Santo : "Jesús celebró la Pascua con sus discípulos, probablemente según el calendario de la comunidad de Qumran y, por tanto, al menos un día antes de la fecha establecida en la época por el ritual judío oficial». Así habló Benedicto XVI durante la homilía del pasado Jueves Santo en la basílica romana de San Juan de Letrán.

Sólo esta hipótesis, según sus palabras, explicaría la aparente contradicción entre los diferentes evangelios –los tres sinópticos y el de Juan– sobre el día en que se celebró la Última Cena y tuvo lugar la crucifixión de Jesús. No es nada nuevo ni escandaloso. Tal posibilidad había sido barajada anteriormente por historiadores y estudiosos, pero nunca se aceptó oficialmente por las razones que explicamos a continuación.Un asunto escabrosoLa comunidad de Qumran, a quien se atribuyen los «Manuscritos del Mar Muerto» descubiertos a partir de 1947, estaba integrada por los esenios, secta disidente judía, enemiga de fariseos y saduceos. Los qumranitas tenían su calendario propio y celebraban la cena de Pascua un día antes que los judíos, pero sin cordero porque eran vegetarianos. Pues bien, desde el siglo XIX diversa literatura esotérica ha asociado a Jesús con los esenios, citados por historiadores como Filón, Josefo o Plinio. Y este vínculo nunca gustó al Vaticano, dado que la pertenecía de Jesús a una comunidad iniciática podía desvirtuar su imagen como Hijo de Dios y la originalidad de su enseñanza. Sin embargo, pronto se comprobó que los rollos de Qumran habían sido escritos por esenios entre el siglo II a. C. y el I d. C., y que eran –además de los textos bíblicos más antiguos conocidos– la fuente histórica más próxima al Nuevo Testamento. Recordemos que el texto de Marcos 6:52, reconocido en el fragmento 7Q5 de los «rollos», significó un hito en la confirmación científica de la historicidad de los evangelios, echando por tierra las tesis de que éstos se fraguaron para construir el «mito de Jesús».Para evitar interpretaciones ambiguas, el estudio y traducción de los manuscritos fue controlado en exclusiva por el Vaticano. Y durante más de cuatro décadas todo el contenido sacado a la luz, no más de un 25%, fue supervisado por la Escuela Bíblica de Jerusalén, organismo arqueológico dirigido por el Padre de Vaux y asociado estrechamente a la Comisión Pontificia, institución que controla la publicación de textos bíblicos y de la que el propio Ratzinger fue director muchos años antes de subir a la silla papal.De todos modos, el celo eclesiástico no evitó que algunos filólogos implicados en el estudio de los manuscritos, como Joseph Allegro, filtraran su contenido y difundieran la posibilidad de que la doctrina esenia hubiera sido la semilla del cristianismo primitivo.Tal publicidad desencadenó el destierro de Allegro de la comisión de estudio, numerosas controversias entre teólogos y exégetas que aún colean, amén de un sinfín de preguntas sin respuesta: ¿Fueron esenios Jesús o Juan el Bautista? ¿Vivieron en Qumran? ¿Podrían ignorar los apóstoles la existencia de dicha comunidad? ¿En qué coinciden la doctrina de Qumran y la del Nuevo Testamento? ¿Qué relación tiene la figura de Jesús con la del Maestro de Justicia que dirigió a los habitantes de Qumran?Estamos frente a un rompecabezas gigante que ahora, sorprendentemente, Ratzinger parece dispuesto a resolver.La cena de la nueva AlianzaComo en una clase magistral, la homilía papal del pasado Jueves Santo comenzó estableciendo los antecedentes del caso. El Papa explicó que la Última Cena celebrada por Jesús se enmarcó dentro de las fiestas de la Pascua de Israel. La ley mosaica fechaba dicha conmemoración el día 15 del mes de Nisan, en el que se iniciaba su año. Y con ella se rememoraba la liberación de los judíos de Egipto. La cena pascual, celebrada la víspera, tenía al cordero como centro de su liturgia en recuerdo de la noche egipcia, en el que un ángel salvó del exterminio a los primogénitos judíos, cuyas casas estaban marcadas con una cruz hecha con la sangre de dicho animal. El cordero pascual evocaba, tal y como señaló el Papa: «que Dios, más fuerte que el faraón, había liberado Israel con la mano alzada. De ahí que la conmemoración estuviera rodeada de palabras de alabanza y de acción de gracias tomadas de los Salmos». Este ritual de bendición, llamado en arameo berakha y en griego eulogia o eucaristía, se convertía a la vez en bendición para quienes bendicen, y durante el mismo se reiteraba el nexo de unión, la alianza, establecida entre Dios y su pueblo.Hay que tener en cuenta, como señaló Benedicto XVI, que en aquella época aún no se había cumplido la liberación de Israel. La nación todavía sufría en medio de las tensiones entre las grandes potencias. El recuerdo agradecido de la acción de Dios en el pasado se convertía al mismo tiempo en súplica y esperanza para el futuro: ¡culmina aquello que has comenzado! ¡Danos la libertad definitiva! Esta cena con sus múltiples significados –la cual presenta un paralelismo con el ritual del «banquete mesiánico» observado por la comunidad de Qumran– fue celebrada por Jesús con los suyos antes de su Pasión. Ahora bien, ¿cuándo exactamente? ¿Y cómo cambia esta respuesta la fecha de la crucifixión?Contradicción evangélicaComo se sabe, existen tres evangelios –Lucas, Marcos y Mateo– escritos entre los años 40 y 50 d. C. y llamados sinópticos por la similitud en sus líneas esenciales, lo cual hace pensar que bebieron de las mismas fuentes. Por otra parte, está el Evangelio de Juan, que data del año 100 d. C. y es muy distinto.Pues bien, según los sinópticos la Última Cena tuvo lugar la víspera de la fiesta de Pascua; esto es el jueves 14 del mes de Nisán, día en el que se inmolaban y comían los corderos. A favor de este argumento está la cita (Mc 14,12-17 = Mt 26,17-20) en la que se lee que el primer día de los ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual y tenía lugar el banquete, Jesús ordenó a los discípulos disponer todo para la cena y la celebró. Como se sabe, tras la cena Jesús fue apresado en el huerto de los olivos y su crucifixión consumada al día siguiente, es decir, durante la fiesta de Pascua.

Sin embargo, en el Evangelio de Juan (Jn 18,28) se dice expresamente que, cuando se llevaron a Jesús desde casa de Caifás a ver a Pilatos, era muy de mañana y los apóstoles no entraron en la vivienda del pretorio por no contaminarse, a fin de poder comer de las víctimas de la cena pascual, un banquete que habría de celebrarse, según esta versión, en la tarde inmediatamente después de la crucifixión. Por tanto, Jesús no habría muerto durante la fiesta de Pascua, sino la víspera, el mismo día en que se inmolaban los corderos. Así es que la cena celebrada por él no habría sido una cena pascual, con cordero, ya que los animales aún no habían sido sacrificados.«Esta contradicción aparente parecía imposible de resolver hace unos años», comentó el Papa en su homilía del Jueves Santo. La mayoría de los exégetas pensaba que Juan no había querido comunicar la verdadera fecha histórica de la muerte de Jesús, sino que había optado por una fecha simbólica para hacer evidente la verdad más profunda: «Jesús es el nuevo y verdadero cordero que derramó su sangre por todos nosotros».


Pero no, no se trataba de nada simbólico. «El descubrimiento de los escritos de Qumran –señaló el Papa– nos ha llevado a una posible solución convincente…» La versión de Juan es históricamente precisa. Jesús realmente derramó su sangre en la vigilia de Pascua a la hora de la inmolación de los corderos. Y celebró la Pascua con sus discípulos probablemente un día antes y sin cordero, según el calendario ritual de la comunidad disidente de Qumran que no reconocía el templo de Herodes y se hallaba a la espera de un nuevo templo. En lugar del cordero Jesús se entregó a sí mismo, ofreció su cuerpo y su sangre, cumpliendo con la célebre afirmación «nadie me la quita (la vida); yo la doy voluntariamente» (Juan 10, 18). Sólo de este modo la antigua Pascua alcanzaba su verdadero sentido. Él mismo era el Cordero esperado, el verdadero, como había preanunciado Juan el Bautista al inicio del ministerio público de Jesús: «He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo» (Juan 1, 29).

La Iglesia ya enseña en su Catecismo que la Nueva Pascua se anticipa a la Pascua Judía y que no hay seguridad absoluta sobre la fecha de su celebración, por lo que no parece que la cosa vaya a terminar en una discusión teológica o crisis de fe. Sin embargo, la afirmación del Papa es crucial porque contribuye a fijar históricamente el acontecimiento más importante de la fe cristiana. Y sobre todo porque relaciona a Jesús con los esenios. Aunque ya se han alzado voces como la del cardenal Abert Vanhoye, antiguo rector del Instituto Bíblico Pontificio de Roma, en cuya opinión aunque Jesús se rigiera por el calendario esenio, distinto al de las autoridades de Jerusalén, no por eso se puede deducir que perteneciera a esa comunidad. "

Para los gnosticos no resulta ninguna novedad conocer que el Jesús histórico perteneció, efectivamente, al rito iniciatico de los esenios; ya sea por lo que manifiesta el Sumo Pontífice de Roma en su bello libro, o por otros aspectos que fácilmente pueden ser identificados en los santos evangelios.
Jesús de Nazareth perteneció a la secta de los Esenios, estudió la sabiduría hebraica y tuvo, durante su infancia, a los maestros rabinos: Elchanam y Jehosuah Ben Perachiah.

Jesús, en esta desconocida etapa de su vida, a parte de adquirir profundos conocimientos del Zohar, el Talmud y de la Torah, realizó numerosos viajes por Europa, perteneció a una Escuela de Misterios del Mediterráneo y estudió en la pirámide egipcia de Kefrén, además de viajar por Caldea, Persia, India y el Tíbet.

Ciertamente, fueron tremendos los conocimientos que adquirió a través de sus numerosos viajes y en las diferentes escuelas mistéricas de su época. Y fue pos-teriormente cuando regresó a su tierra para cumplir la misión más grandiosa de los siglos: abrir públicamente el sendero de la Iniciación para todos los seres humanos.

Hasta entonces, la Gnosis, la Santa Doctrina Crística, se conservaba en secreto dentro de los Misterios Iniciáticos de Egipto, Troya, Roma, Cartago, Eleusis, etc. En estas escuelas sólo podían ingresar a la Iniciación los sacerdotes de las castas privilegiadas. Allí se impartían las enseñanzas por medio de representaciones teatrales en las que se narraban antiguas leyendas divinas y dramas religiosos, uno de los cuales era el “Drama del Cristo Cósmico”.

Jesús representó el drama de la Pasión Crística en los templos y más tarde lo vivió dolorosamente, de forma pública, sobre las viejas calzadas de Jerusalén, la ciudad querida de los Profetas. De esta forma se abrieron las puertas del templo a todos los seres humanos.Por lo tanto, la doctrina que el Gran Kabir Jesús enseñó, no la sacó de su propia cosecha sino que es una doctrina cósmica que existió antes de él y seguirá existiendo siempre.

El gran hecho de Jesús fue haberla enseñado en forma alegórica, o simbólica, en el mundo físico para que la gente la comprenda.Así, actualmente, algunos autores llegan a entender este hecho, como John Robertson que dice: “El relato evangélico acerca de los sufrimientos de Jesús, leído con atención, produce una impresión algo extraña: como si no fuera una obra literaria sino una representación teatral... Algo así como la escenificación de un acto ritual.”En los siglos siguientes, las Escuelas de Misterios cerraron en el mundo físico, mas la síntesis de la sabiduría que atesoraban quedó reflejada en la doctrina de Jesús.

Recordemos también ahora ese tema destapado hace no mucho, concerniente a las correspondencias de Jesuctisto con el faroinismo mítico mencionado por LLOGARI PUJOL , quien entre otros paralelismos manifiesta: "Osiris, dios del trigo, al morir cada año permitía a los egipcios alimentarse con su cuerpo (el pan). Y en los "Textos de las pirámides" se le llama también "Señor del vino". ¡Y Osiris da a beber su sangre en una copa a Isis, para que ella le recuerde tras su muerte!".

Con la comprensión total de la doctrina gnóstica es posible dar luz a estos misterios y otros que solo nos remiten al Unico Rito Universal del Kristos Solar.

3 comentarios:

Gotamar dijo...

Por motivos t{ecnicos (ajenos a la voluntad) se ha omitido un comentario dejado por un distinguido visitante en el cual si bien alega que es posible la naturaleza esenia de Jesús de Nazareth, es poco probable que este haya tenido un doble discurso (supuestamente esotérico) mas allá del manifestado en los evangelios.
Al respecto contestamos que a simple vista pudiera parecer eso, pero también el canon evangélico aceptado nos dice algo muy interesante: Que expresamente se sabe que a sus propios discípulos les dedica una enseñanza especial, les explica en privado (Mc 4,34) los secretos del reino de Dios.
Asimismo nos recalca que no hay que entregar joyas a los cerdos. Mientras que Pablo de Tarso recalca que no todos pueden interpretar la escritura, y que a "algunos se les da leche, cuando ya deberian recibir carne".
De otro lado, la tradición semitica no omite la enseñanza secreta, tal como nos puede demostar la existencia de la Kábala, enseñanza gnosticista dentro de la tradición semítica, heredada por Moises de la tradición egipcia.
Reiteramos las disculpas y enviamos un afectuoso saludo al hermano que nos envió el comentario.

Anónimo dijo...

Muy interesante

Unknown dijo...

Hola,desde mi punto de vista ya sabía que Jesús de nazaret práctico algunas cosa de los esenios. Como hacer exorcismo ecect.temas espiritual, no sabía que un papa de la iglesia católica diga esto. En fin gracias por esta información.