lunes, 8 de octubre de 2007

La cuestión de la "Sola Fide"

Una de las características dogmáticas que con mayor firmeza sostienen nuestros queridos hermanos del cristianismo evangélico (protestante), es el argmento de la "sola fide"; esto significa el criterio por el cual es únicamente válida para la salvación la manifestación de la fe como único requisito para la redención.El principal argumento para esto es la cita paulina: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2.8-9).

Uno de los primeros en manifestar este dogma fué precisamente Martín Lutero, el insigne renovador del cristianismo de sus tiempos, y lo hizo básicamente en el afán de luchar contra las irracionales propuestas del catolicismo de ese entonces, vale decir, de la cuestión de las limosnas y sus correspondientes indulgencias. Cuestión que Lutero invalidó con la solvencia moral sobretodo -no tanto teológica, pues su caso fué mas bien una cuestión de coyuntura-, y que indiscutiblemente llevó a una evolución dialéctica del cristianismo a pesar de todo. Como hemos indicado ya anteriormente, en el fondo de la reforma luterana abrió paso también a una tendencia gnosticista rosacruz luterana en Europa, sostenida por el criterio de la libre interpretación evangélica, por un lado; y también un aprovechamiento burgués de algunos de sus postulados, mas que nada en favor del egocentrismo moral. Con todo no podemos negar que se trató de un gran paso.

Toda la Reforma protestante nació de esa diferencia. Lutero y Calvino habían afirmado frecuentemente que éste era el artículo sobre el cual la Iglesia de Roma se levantaba o se caía; para ellos, ése era el motivo por el cual la Iglesia católica había caído y el protestantismo se levantó de sus cenizas. Sola fide fue el principio esencial de la Reforma . Sin embargo los teólogos del evangelismo no han podido soslayar, por ejemplo que en la Carta de Santiago 2, 24, la Biblia enseña que “el hombre se justifica por las obras, y no sólo por la fe”. Además, San Pablo dice en I Corintios 13, 2: “Aunque tenga una fe capaz de mover montañas, si no tengo caridad, no soy nada”.

Acerca de este punto, la señora Kimberly esposa de un ex pastor presbiteriano converso al catolicismo afirma lo siguiente:“Poco a poco llegamos a convencernos de que Martín Lutero había dejado que sus convicciones teológicas personales contradijeran la propia Biblia, a la cual supuestamente había decidido obedecer en lugar de a la Iglesia católica. Él había declarado que la persona no se justifica por la fe obrando en el amor, sino sólo por la fe. Llegó incluso a añadir la palabra “solamente” después de la palabra “justificado” en su traducción alemana de Romanos 3, 28 y llamó a la Carta de Santiago “epístola falsificada” porque Santiago dice explícitamente: “Veis que por las obras se justifica el hombre y no sólo por la fe”.De nuevo, y por mucho que nos extrañara, la Iglesia católica tenía razón en un punto fundamental de la doctrina”

A partir de tales afirmacions bíblicas ( y considerando que el evangelismo gira solamente al rededor de la Biblia - una Biblia cuyo canon fu establecido por el catolicismo niceno por cierto-), el evangelismo ha caído en toda suerte de contradicciones y trucos para conciliar sus nuevos dogmas. La cuestión se hace mas grave considerando que las corrientes evangélicas no tienen una guiatura teológica precisa, tal como la iglesia ortodoxa o católica, por ejemplo. Mientras esto, la Sola Fide ya no es creída por muchas Iglesias Evangélicas: las Iglesias metodistas, o las iglesias arminianas han ido cambiando su posición. Muchos de ellos reconocen que esta doctrina es herética. Otros, mas sensatos, confirman que las obras son la manifestación de la fe.

Con todo esto debemos afirmas que en este tema llevan mucho de ventaja las tesis ortodoxa y católica (en teoría, lamentablemente no siempre en la práctica).
Ciertamente la fe y las obras deben ir de la mano. No es posible concebir una de ellas sin la otra. Cando Jesús manifestaba su crítica a las obras de los fariseos lo hacía en función a su fe deformada por el ego de la apariencia y el complejo de superioridad; de igual manera cuando en estos mismos cuestiona su fe, lo hace porque son incapàces de realizar las mas sencillas obras de caridad ( cuestión evidente en la parábola del buen samaritano.

En el gnosticismo la fe es tan trascendente como las obras, pero ambas tienen que ser guiadas por la Conciencia, con el análisis dialéctico del Ser, con el Recuerdo de Sí.

Puede ocurrir que alguién que hace una determinada obra de caridad esté en el fondo orgulloso de su acto , y por tanto, este ego de orhullo dificulta la transparencia de su acto (aunque no deja de ser efectivo). Con la interiorización mística ese ego puede ser comprendido, analizado y pulverizado. Pero este acto también precisa de fe, pues la mente humana es incapaz de algo si no es por Obra y Gracia divinas.

La limosna, la caridad y el sacrificio voluntario de la propia existencia compensan nuestras malas obras del presente o del pasado (karma), ayudan a eliminar el ego, y nos dan méritos ante la justicia divina. La existencia solo tiene sentido en el dar. "Quien no vive para srvir, no sirve para vivir". Cristo mismo nos enseñó que quien quiera hacerse el preimero debería hacerse el último. Quien dice tener fe y no hace obras que la justifiquen (sobretodo la Obra en Sí Mismo, a través de la muerte de los egos pecadores), es un mentiroso y cae en el vil fariseísmo.

La muerte de Nuestro Señor Jesucristo no implica que ya todos estemos salvos. Ese sacrificio tenemos también que hacerlo nosotros mismos en nuestro proceso de Redención. Por eso en Colosenses 2,24 Pablo de Tarse dice "Ahora me alegro por los padecimientos que soporto por vosotros, y completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia," Ciertamete nosotros tenemos que completar en nuestra carne las tribulaciones de Cristo. Esto se hace posible en la medida qie nos adentramos en el sendero de la redención crística.
Las obras no solo son un producto de la Fe , sino que son también un requisito indispensable para acceder a la Gracia de Dios. La salvación no implica sencillamente afirmar que uno cree y que tiene fe para ser salvo. El proceso de salvación es largo, implica un largo caminar que nosotros llamamos "iniciación", esta iniciación únicamente es posible despertando poco a poco el sueño de la conciencia (EL SER) Por eso nos dice el Maestro Pablo :“Y esto, teniendo en cuenta el momento en que vivimos. Porque es ya hora de levantaros del sueño; que la salvación está más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe.” Romanos 13,11. Como vemos, una cosa es abrazar la fe, y otra estar salvado.
Este camino en el gnosticismo se consigue con la aplicación diaria y constante de los tres factores de la revolución de la conciencia: Morir ( eliminar el ego pecador, acabar con los defectos con el auxilio de la gracia divina), Nacer (fortalecer las virtudes del Ser, llevar la castidad gnóstica del primitivo cristianismo) y Hacer Sacrificio por la Humanidad (Obras de caridad, sacrificios voluntarios).

Recordemos finalmente el pasaje del Apostol Santiago: "¿De qué sirve, hermanos míos, que alguien diga: «Tengo fe», si no tiene obras? ¿Acaso podrá salvarle la fe? Si un hermano o una hermana están desnudos y carecen del sustento diario, y alguno de vosotros les dice: «Idos en paz, calentaos y hartaos», pero no les dais lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve? Así también la fe, si no tiene obras, está realmente muerta. Y al contrario, alguno podrá decir: «¿Tú tienes fe?; pues yo tengo obras. Pruébame tu fe sin obras y yo te probaré por las obras mi fe. ¿Tú crees que hay un solo Dios? Haces bien. También los demonios lo creen y tiemblan. ¿Quieres saber tú, insensato, que la fe sin obras es estéril? Abraham nuestro padre ¿no alcanzó la justificación por las obras cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?¿Ves cómo la fe cooperaba con sus obras y, por las obras, la fe alcanzó su perfección? Y alcanzó pleno cumplimiento la Escritura que dice: Creyó Abraham en Dios y le fue reputado como justicia y fue llamado amigo de Dios.» Ya veis cómo el hombre es justificado por las obras y no por la fe solamente. Del mismo modo Rajab, la prostituta, ¿no quedó justificada por las obras dando hospedaje a los mensajeros y haciéndoles marchar por otro camino? Porque así como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta" Santiago 2,14-26
El Maestro, a su vez, nos dice; " Solo el hombre superior, aquel que se ha despojado de la codicia, la envidia, la ambición, el odio etc., es capaz de sacrificarse conscientemente por sus semejantes: ayudándoles a salir de su ignorancia, del dolor, del hambre, etc., sin esperar recompensa alguna. La causa del error es la ignorancia y ésta última se debe a falta de Conocimiento, por eso es importante impartir esta sabiduría a la humanidad. Los Chinos dicen “ no solo hay que darle pescado a la gente, sino también enseñarle a pescar”. Por lo tanto debemos luchar por traer a otros al camino secreto.


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