viernes, 3 de agosto de 2007

Rosacrucismo en Lutero y Juan XXIII

«El corazón del cristiano camina sobre rosas si está por completo bajo la cruz»
Martín Lutero

Difìcil sería comprender la historia del cristianismo exotérico sin la importancia que tuvieron históricamente estos dos personajes. Ambos conocedores por iniciación natural o iluminada del cristianismo esotérico. Uno se encargó - tal vez de un modo excesivamente drástico y radical- de limpiar los errores en los que había caído lo que hasta entonces conocóamos como "cristianismo", a fin de poder conducirlo a sus fuentes primigénias.Ya estas habían existido en la formulación de las ideas de albigenses o valdenses de cuatro siglos antes, y tal vez hasta de los cátaros, cuya corriente podemos definir de claramente gnóstica. No podemos olvidar tampoco la presencia de Savonarola y Jan Hus.

Recordemos a propósito la curiosa profecía de Hus antes de ser quemado. Cuando el teólogo martirizado dijo las siguientes palabras al verdugo: " Vas a asar un ganso (hus significa ganso en lengua bohemia), pero dentro de un siglo te encontrarás con un cisne que no podrás asar." Curiosamente en el escudo de armas de Martín Lutero aparecía un cisne.

Debemos recordar el nombre Hus cuando nos refiramos además a Juan XXIII, por la curiosa presencia de nombres y presencias que vuelven en el tiempo y el espacio. Lutero , recordemos tenía también como escudo personal un símbolo que posteriormente ha pasado a formar parte del patriomonio cristiano esotérico, el cual es la rosa cruz. Lutero explicaba así su simbología

La primera cosa que muestra mi escudo es una cruz negra dentro de un corazón, para que me recuerde que la fe en Cristo crucificado nos salva. "Pues con el corazón el hombre cree para salud."
Ahora bien, aunque la cruz es negra, mortificada y con intención de que cause dolor, no cambia, sin embargo, el color del corazón, no destruye la naturaleza, esto es, no mata, sino que se mantiene vivo.
"Porque el justo por la fe vivirá", por la fe en el Salvador.
Pero este corazón aparece fijo sobre el centro de una rosa blanca, para mostrar que la fe produce alegría, consuelo y paz. La rosa es blanca, no roja, porque el blanco es el color ideal de todos los ángeles y espíritus.
Esta rosa, además, está fija sobre un fondo azul celeste para indicar que tal gozo de la fe en el espíritu es sólo señal y principio de gozo celestial por venir, como se tiene y anticipa por la esperanza, aunque no revelado aún. Y alrededor de ese fondo hay un anillo áureo, para indicar que tal bienaventuranza en el cielo no tiene fin. Y es más preciosa que todos los goces y tesoros, ya que el oro es el mejor y más precioso metal.
Cristo, nuestro amado Señor, (nos) dará gracia para la vida eterna.


Es ostensible para cualquier observador que el cristianismo esotérico perpetuado secretamente en la tradición oficial , permaneció asumiendo diversas denominaciones y revelando conciente o inconscientemente sus simbolos. Los rosacruces medievales nunca tomaron una forma exterior, y podemos decir que es la búsqueda subyacente en las grandes revelaciones místicas del pasado, incluido el franciscanismo .

Mas allá de las demostraciones de Kanefer Anpu, lahistoria nos demostrará luego que tras la Reforma luterana, que la mayor parte de los que se han llamado Rosacruces fueron alquimistas Iuteranos como Khunrath, Maïer y R. Fludd, se puede deducir que la aparición de esta sociedad es un episodio de la Reforma bajo una apariencia esotérica. Agreguemos, a titulo de curiosidad, que Leibniz, al principio de su De Arte Combinatoria en donde trata la característica de una lengua universal, ha colocado una rosa de cinco pétalos en el centro de una cruz y que Descartes intentó inútilmente, como él mismo lo refiere, ponerse en contacto con una organización de ese nombre. Uno de los grandes místicos del protestantismo luterano , el gran Jakob Böhme, fue influenciado a su vez por Valentín Wigel , pastor protestante fundador de una secta mística basada en las enseñansas de Tauler y Paracelso. De los que hablaremos luego. Del mismo modo, no esta de más recordar que fueron luteranos grandes personalidades del rosacrucismo moderno como Max Heindel y Krumm Heller. C. Lewis y Leadbeater incluso fueron pastores.

Juan XXIII, por su parte es el nombre correspondiente a un Papa y a un antipapa. Lo curioso de esto es que mientras el antipapa Juan XXIII se encargó de la excomunión de Jan Hus, influyendo posteriormente en la muerte del mismo, el Papa Juan XXIII se encargaría de promover el Concilio Ecuménico vaticano II, segun la cual se manifiesta que el Espíritu Santo se manifiesta de manera igual en todos los credos, no únicamente en la Iglesia Católica.

De este modo, mientras, el rosacruz Lutero abrió las puertas a la búsqueda del verdadero cristianismo auténtico y terminó provocando la dolorosa división que a su vez a traído mas divisiones y subdivisiones, Juan XXIII, otro rosacruz iniciado abrió las puertas a la reunión de todo el rebaño. El camino sin embargo, recién comienza.

El teólogo Josep Lortz dice que Martín Lutero, después de una seria lucha ante Dios, se salió de la Iglesia católica impremeditadamente. Se convirtió en reformador en su combate contra una representación insuficiente de la realidad católica. Fue Lortz quien descubrió y desarrolló la tesis del "Lutero católico". De él afirma: "Derribó en sí mismo un catolicismo que no era católico" (I, 176) y "descubrió de un modo herético lo que constituye el patrimonio central del catolicismo" (I, 434). Además, sus demandas religiosas no encontraron, por parte de la Iglesia, del Papa y los obispos, la respuesta seria que exigían ni la responsabilidad que reclamaban.
Por encima de todas las realidades que tipifican a Lutero, este era un hombre religioso y de mucha oración (I, 383), que vivió de la entrega confiada al Padre por medio del Crucificado; de aquí nace su teología de la Cruz. Asimismo, reconoce que él era un teólogo de gran envergadura; la interpretación teológica que Lutero da a la justificación es calificada por Lortz de enteramente católica y enraizada en la teología tardomedieval de la Iglesia (I, 177)."
Lortz mismo trata de encontrar la raíz de la dolorosa división a este hombre que bien pudo, como Francisco de Asís o Ignacio, mas tarde, promover una reforma desde adentro :
El reformador se encontraba poderosamente influenciado por sus vivencias, perdía el control con cierta facilidad, era muy impulsivo y poco cortés. Predomina en él su inclinación a dominar la realidad, en lugar de aceptarla serena y humildemente y por lo mismo no es un oyente dócil de la palabra de Dios y menos aún de la Iglesia. En pocas palabras: Lutero se halla instalado, ya de raíz, en una posición subjetivista, en un subjetivismo radical.

Por ello a partir del Concilio de Juan XXIII, el Vaticano II, se puede comprobar el cambio de clima en el Decreto sobre el ecumenismo, Unitatis redintegratio; en él se exige a los católicos que reconozcan en la vida de los hermanos separados las riquezas de Cristo y las obras de virtud que dan testimonio de Cristo (Nº 4) y se hace resaltar que la escisión de la Iglesia ha surgido "no sin culpa de los hombres de una u otra parte" (Nº 3). Esto significa como lo ha constatado Lortz, en las conclusiones finales de su investigación acerca de las causas de la Reforma, que "la Reforma es un asunto que afecta al catolicismo en el sentido de una complicidad, también por parte católica, en la motivación y por tanto en la culpa... Tenemos que asumir nuestra propia culpa" y además estamos llamados "a reintegrar en la Iglesia católica el rico patrimonio de Lutero".

No podemos soslayar finalmente la presencia de otro Pontífice Romano que ha redimido un poco las figuras de Jan Huss y de Lutero. Juan Pablo II.

Sobre Hus Juan Pablo II dijo: "...es una figura memorable por muchas razones, pero sobre todo su valentía moral ante las adversidades y la muerte... Siento el deber de expresar mi profunda pena por la cruel muerte infligida a Jan Hus y por la consiguiente herida, fuente de conflictos y divisiones, que se abrió de ese modo en la mente y en el corazón del pueblo bohemio".

Mientras que en el discurso que Juan Pablo II pronunció ante la asamblea se refirió expresamente a Lutero con estas palabras: "Recuerdo en este momento que en 1510/11 fue a Roma Martín Lutero como peregrino al sepulcro del príncipe de los apóstoles, pero también como un hombre que busca e interpela. Hoy llego yo a ustedes, a los sucesores espirituales de Martín Lutero y vengo como peregrino; vengo para dar un signo de nuestra unidad en el misterio central de nuestra fe con esta asamblea en un mundo que ha cambiado tanto"

Ahora queda la cuestión pendiente. ¿Será cierto que Lutero halla reencarnado en Juan XXII? Eso es tema mas bien de otra discusión.
Gráficos:
1.- Retrato de Lutero por Cranach
2.-Escudo de Lutero
3.- Juan XXIII
4.- Símbolo rosacruz del nido de pelícano frente a la cruz (símbolo de la abnegación cristiana)

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