viernes, 27 de julio de 2007

Benedicto XVI, la gloria del olivo

Benedicto XVI, de acuerdo a las descripciones de San Malaquìas, es descrito como la gloria del olivo. No es poca cosa. El olivo además de poseer las características y virtudes de representar la paz o la tranquilidad al fin de la tormenta, la reconciliación (recordemos el pasaje de Noé y la paloma con una rama de olivo), y la purificación, al ser un elemento indispensable para la consagración en las diversas tradiciones desde los tiempos bíblicos: Las lámparas, alimentadas con aceite de oliva, se mantenían encendidas permanentemente en el Santuario, en la tienda del desierto o en el Templo de Jerusalén (Éx 27,20). Y su rito se conserva hoy en el recuerdo de las misas crismales, donde el aceite de oliva consagrado representa el nuevo reinado de Cristo ( quien al no ser consagrado con aceite como nuevo Rey de Israel-1Sam 16,13-, transforma la simbología del aceite de olivo en nuevo reinado aún supremo: Cristo Rey de la cristiandad a través de la nueva unción por el Espíritu Santo). Cristo brotó su sangre en el huerto de los olivos.


Por esto si en el rito bautismal, aplicándo el aceite de olivo se dice "Recibe por esta señal el don del Espíritu Santo", o en la extrema unción "per istam sanctam unctionem et suam piissimam misericordiam adiuvet te Dominus gratia spiritus sancti ut a peccatis liberatum te salvet atque propitius allevet" ("Por esta santa Unción, y por su bondadosa misericordia te ayude el Señor con la gracia del Espíritu Santo, para que, libre de tus pecados, te conceda la salvación y te conforte en tu enfermedad") se afirmando lo dicho: El aceite de oliva cumple el don unificador del cristianismo bajo un solo signo. El aceite de oliva es pues la "nueva sangre" que hace una sola familia a los cristianos.


Ya sabía esto Pablo cuando dijo: "un olivo silvestre fue podado e injertado. Las raíces y el tronco se mantuvieron iguales y las nuevas ramas han dado nuevos frutos. Este olivo-pueblo de Dios, representa a Israel en los primeros tiempos. Ciertas ramas fueron podadas, puesto que muchos judíos no acogieron a Jesús como Mesías. Las nuevas ramas injertadas simbolizan a los cristianos de origen pagano. Desde entonces, las raíces, el tronco, las viejas ramas y las nuevas forman un mismo y único árbol para gloria de Dios. En cuanto a las ramas cortadas, lo han sido temporalmente y podrán ser injertadas después "(Rom 11,23-24). El olivo ha sido tambièn el sìmbolo desde la antigua Ley del pueblo de Dios: "Sus ramas se desplegarán, como el olivo será su esplendor" (Os 14,7).


Bendicto XVI, llamado pues "La gloria del olivo" está llamado a hacer resplander nuevamente el esplendor de ese pueblo de Dios frente a la tendencia inmoral de "adecuarse a los tiempos", como si Dios se adecuara a los días y cambiara de parecer según cambian las estaciones.La verdadera gloria del pueblo de Dios consiste pues en la fidelidad a la tradición, y en la recuperación de los misterios.


Bendicto XVI significa también "el bendecido 16". Cabalísticamente 1+6, sería 7. Curiosamente otro número muy presente en la biografía de este pontífice. Y ni qué decir de su significancia simbólica mística. Habiendo el pontífice nacido un día sábado de gloria ( es decir el día séptimo más importante del año), está de más recalcar que este signo ha marcado su destino. Aunque cabalísticamente su clave sería mas bien el "3" , otro número relevante. La Trinidad.


El "7" significa la "organización", en tanto que el "3" es la "creación". La Trinidad crea el mundo en siete días. Mucho se ha dicho sobre la ubicuidad del número siete: notas musicales, dias de la semana, la presencia en toda tradición religiosa de este número. Mas en todas ellas, està ligado a la organización. Incluso los pecados y las virtudes capitales son siete, y setenta veces siete han de ser perdonadas las ofensas.


El día 07 de julio del 2007 (07-07-07) según la notación tradicional, Benedicto XVI decreto el Motu Propio que autoriza el retorno opcional a las misas en latín.De más está decir que quienes poseen el don de la clarividencia saben que la misa en latín y con música sacra produce un efecto místico superior a las triviales cultos cristianos modernos (incluídas misas), y no son pocas las maravillas que pueden contemplarse . La fuerza del pueblo de Dios es pues el retorno a la mística y a la tradición. El verdadeo anhelo de santidad y la lucha valiente contra las tentaciones del mundo contemporáneo.


Finalmente no está demás recordar uno de los famosos mitos que se tejían antes de la elección de su Santidad, es decir, que sería un Papa negro. Resulta curioso observar el escudo de Benedicto XVI. analizando observamos la presencia de un personaje de color moreno con una corona. El escudo del emblema papal puede describirse ("blasonado") de acuerdo con el lenguaje heráldico de la siguiente manera: "De color rojo, con capas de color oro, y con una concha también de color oro; en la capa derecha, una cabeza de moro al natural, con corona y un collar rojos; en la capa izquierda, un oso al natural, de lampazo, con una carga de color rojo, atada con cintas negras".

Esto nos remonta al Rey Baltazar de la tradición, a la simbología germánica( Su elección el 19 de abril, coincidió con la fiesta de San Leon IX, el más importante Papa alemán de la edad media, conocido por instituir el mayor número de reformas durante un pontificado).


Mientras el rojo es uno de los colores primarios y nos recuerda una aspecto de la Trinidad (la sangre de Cristo que, curiosamente, también brotó en el huerto de los olivos).

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