domingo, 14 de octubre de 2007

Blog Action Day Post: Degradación ambiental global y ecología franciscana

Sin lugar a dudas, uno de las carácteristicas mas nocivas del mundo contemporáneo está constituido por el sinnúmero de problemas medioambientales.
De acuerdo a "Edufuturo", la frase "problema ambiental" nos referimos a situaciones ocasionadas por actividades, procesos o comportamientos humanos, -económicos, sociales, culturales y políticos, entre otros-, que trastornan el entorno y ocasionan impactos negativos sobre el ambiente, la economía y la sociedad. Algunos de estos problemas pueden estar constituidos por la destrucción y fragmentación de los hábitats,la sobreexplotación de recursos naturales y la contaminación, el cambio climático global; cuyos efectos en el mediano y largo plazo ponen en riesgo la biodiversidad y la calidad de vida de toda la humanidad.
Cada macroproblema puede ser causado por una o varias actividades humanas, y también puede ocasionar uno o varios impactos negativos. Por ejemplo, las industrias o la aplicación indiscriminada de pesticidas son algunas actividades que ocasionan contaminación y entre sus consecuencias más graves para el ambiente y las personas se cuenta la pérdida de biodiversidad y la disminución de la calidad de vida.
Los problemas en el mundo son tantos y tan variados, que no es difícil encontrar abundante información al repecto en todos los medios de comunicación disponibles. En la página pedagógica de "El Profe", por ejemplo, podemos hallar bibliografía sobre este dramático tema. Y una vez mas es el hombre el que aparece como causante y principal afectado de este grave asunto contemporáneo.

Según la OMS el proceso de contaminación de degradación ecológica tendrá graves consecuencias a la salud:" La industrialización trae consigo un incremento del tráfico rodado, polución del aire y el uso de químicos. Y en los países más industrializados el informe advierte de que aún es muy pronto para conocer el impacto concreto que tendrán los riesgos emergentes, como los disruptores endocrinos y el calentamiento global, pero se sospecha que este último favorecerá la extensión de las enfermedades infantiles y las hará aún más severas. "
Todo esto sin comentar el panorama apocalíptico que implica todo ello. Y , sin embargo, es el hombre a su vez, el gran causante de su desgracia. Como dice El Sr. Arias Solís:" Es raro el día que no se difunden noticias sobre las múltiples aberraciones que siguen cometiendo los hombres en orden a destruir su medio natural: la desforestación, la desertización, el efecto invernadero, los agujeros de ozono, la acumulación de basuras en este gran vertedero incontrolado en el que habitamos, la lluvia ácida, etc. "

Posiblemente de todos los enfoques cristianos ofrecidos en respuesta a la relación del hombre y el medio ambiente halla sido la de Francisco de Asís una de las más perfectas. Roberto Leoni apunta el aporte franciscano a la historia del cristianismo como fundamental: "Los méritos de san Francisco de Asís son inmensos... aparece como innovador, en la profundidad y no en la superficialidad; totalmente fiel a Cristo ...La única bandera que siguió san Francisco fue la Cruz de Cristo. San Francisco nos guía incluso en uno de los desafíos modernos más complicados: el de la relación con las demás religiones, en particular con el Islam. No lanzó una cruzada, sino que se fue a dialogar con el sultán... "

La base ecologista del franciscanismo es bastante diferente a las corrientes contemporánea que a veces conducen a una estrategia ambigua que, a veces podría bien llamarse ecoterrismo (a causa de la radicalidad y violencia de sus concepciones), a un panteísmo o a un hippysmo liberalista. El franciscanismo enraizado en la más profunda convicción cristiana se aparte radicalmente de estas perspectivas. Como dice el mismo Leoni "parte del las corrientes ideológicas tienen un carácter ideológico y político; otras tienen un origen emotivo, una especie de inocencia superficial y contradictoria".
Frente a aquello el pensamiento franciscano considera al hombre en su totalidad, en su conciencia y en su dato concreto en el mundo. Por eso, como dice Silvestre Gialdi: " Francisco de Asís no es un simple defensor y promotor de la naturaleza para buscar en ella ventajas, intereses y utilidades. El espíritu franciscano sobrepasa la defensa de la ecología, porque interesa a la salud, y su destrucción es una amenaza al futuro de la humanidad. Esta visión está centrada en el hombre y a partir del hombre, con sus intereses, su romanticismo poético y sus discursos ideológicos. Esta bandera ecológica se expresa como "ecologismo".Por su parte, el pensamiento franciscano acoge al universo, al mundo y a la naturaleza, y a todo le da sentido y valor. Específicamente acoge al mundo como la gran casa paterna, donde el hombre tiene su morada y realiza su experiencia, no ontológica de Parménides : "El ser es y el no ser no es"; sino la experiencia fraterna, antropológica, ética y ecológica: todos son hermanos de todos y el no ser también es y debe ser rescatado a partir de la comprensión fraterna.

En la visión franciscana, Dios es creador universal y el hombre es el mediador igualmente universal, en el sentido de que recibe la misión de cuidar, perfeccionar y administrar el mundo con justicia, en nombre del Gran Otro, el Todo Bien y Sumo Bien. Por cuanto, el hombre es administrador, mayordomo, servidor y guardián del mundo. Pues, en nombre del Otro Absoluto, del Señor, Creador y Providencia debe gobernar el mundo con fidelidad, justicia y respeto. En verdad, el mundo es la morada del hombre y en ella debe vivir y convivir como en su casa.
Por todo ello , la justicia, la paz y la ecología no son sólo banderas levantadas por la fuerza de las diversas ideologías. La justicia es el propio hombre. La paz es el propio hombre. Y la ecología es el propio hombre, fraternalmente inserto en el mismo cuerpo y en la misma alma del mundo y del cosmos.En la visión franciscana, la lucha por la justicia, por la paz y por la ecología no es sólo un compromiso "ad extra", sólo hacia afuera: cambio de las estructuras e instituciones que no promueven la paz, que no defienden la justicia y que no priorizan la ecología. Por encima de todo, es un compromiso "ad intra", un cambio del corazón: las estructuras y las instituciones serán justas si el hombre es justo. Sólo a partir de su corazón el hombre será portador de paz, constructor de justicia y promotor de ecología. Es una cuestión de mentalidad, y no sólo de cultura, de política y de estructura. Porque el hombre puede ser justo y honesto en una estructura, en una sociedad y en una cultura opresoras. Como puede ser corrompido y opresor en una institución liberadora. Dicho de otra manera, la defensa y la promoción de la justicia, de la paz y de la ecología no es sólo una gestión política, estructural, económica e institucional. Por sobre todo, es una decisión personal, un compromiso comunitario y un cambio de los criterios que fundamentan la mentalidad y que justifican las actitudes personales frente a los desafíos liberadores.Es una opción personal por criterios que fundamentan la vida a partir de la dignidad del hombre, en la dimensión de creaturidad y de fraternidad. Y es un compromiso comunitario y político. "

Entonces, ante el problema de degradación ambiental podemos recurrir a la mística auténticamente ecológica manifestada en el franciscanismo. Cimentada en la conciencia y en la fraternidad universal de las creaturas divinas. Como recuerda Leoni : "San Francisco nos enseña que la naturaleza ha sido creada, que el hombre debe ser un cariñoso y atento custodio de las criaturas, pues son su hermano y su hermana, en la alabanza al Señor.El cristiano está comprometido desde siempre, pero hoy más que nunca, en la construcción de una economía solidaria, la única que puede garantizar un desarrollo sostenible. Tenemos que superar el capitalismo y el colectivismo, el catastrofismo y el ciego abuso de los recursos.Podemos hacerlo recuperando los valores de la templanza, de la capacidad para compartir, del sacrificio y de la mortificación. No estoy proponiendo que volvamos al cilicio y a pasar hambre, pero si bajáramos dos grados los radiadores y subiéramos dos grados el aire acondicionado, resolveríamos con ese ahorro muchos problemas.Si en las finanzas se adoptaran las obligaciones éticas que proponemos, al igual que instrumentos de finanza ética concreta, se emprendería una economía solidaria.Lo que estoy diciendo no es utopía. En todo caso locura franciscana: la locura de todos los cristianos que, convirtiéndose día a día, quieren aplicar las enseñanzas de Jesús, cada uno en lo que puede y en lo que sabe. "

Por todo esto, la conciencia ambiental y su formación pedagógica para el hombre contemporáneo halla sólida base coherente en el cristianismo, en el sentido franciscano de la ecología.
El problema de fondo en la crisis ambiental es el hombre.Porque es el hombre el que contamina, el que degrada, el que transforma destructivamente. Pero es también él, como guardián de la creación, que puede revertir el proceso.

Esta cualidad puede ser asumida con mayor voluntad, a partir de la Revolución de la Conciencia, sostenida por la Fe, el Sacrificio por el Prójimo (que se extiende a toda la Creación y, aún, al ser mismo) y el progresivo nacimiento de Virtudes internas .

Como recuerda el capuchino Fray Oscar Castillo : "No es lícito confundir el franciscanismo con el fundamentalismo de un grupo de presión o una liga por un medio más sano y ecológico: contra la polución del aire, la contaminación visual, por ruidos, desperdicios o promiscuidad y sobrepoblación habitacional. Francisco es ante todo y a través de todo un "religioso"; primordialmente orientado al objetivo absoluto o teológico de la existencia. Ello le ubica a igual distancia de la ofuscación fanática por la ilusión de una 'complacencia suprema' en la belleza creada; que del consumismo erotista y extrovertido: que 'desperdiga el yo y despilfarra los bienes'. Pero su inspiración religiosa contiene un poderoso concepto y dinamismo ecológico-ambientalista, de sensibilidad, armonía y respeto por los demás seres. "

Por allí va el camino.

1 comentario:

Kafda Vergara dijo...

Acá en Panamá tenemos el mismo problema con la salvaguardia de ballenas. El presidente firmó sin leer (pueden creerlo¿?¿?) la aprobación de una ley que permite la libre caza de estos cetáceos y delfines en los alrededores de la isla de Coiba. Ahora hay que esperar yo no sé qué tiempo para anular la ley, y mientras tanto las pobres criaturas.

Este blog está muy interesante: bien documentado, serio, sin las estridencias religiosas que hay que soportar todos los días de Dios. Por acá volveré.