miércoles, 24 de octubre de 2007

¿La Biblia, tal como la conocemos nos da una visiòn auténtica de Dios?

Hemos referido en textos anteriores que el hecho de fiarnos de las Escrituras Bíblicas, tal y como las conocemos hoy, no constituye ,de ninguna manera, una manera fiable de acceder por completo a los misterios de Dios. No con ello decimos que sea un texto inservible. Nada de eso, la Biblia contiene muchas doctrinas y mandamientos que permiten que un ser humano común y corriente pueda acceder a un nivel óptimo en su relación con Dios.
La prueba mas evidente, es que la historia nos presenta innumerables casos de seres santificados, beatificados y de elevada moral, cuya misión hubiera sido limitada en sus respectivas sociedades, sin el auxilio de las Escrituras Santas.

Lo que decimos es que a la luz del tiempo y la revelación, estos textos contienen sabiduría incluso más profunda que la que puede ser accesible a través de la mera literalidad. La Biblia contiene hasta siete niveles distintos de interpretación, y no podemos acceder a ellos sin una guiatura de tipo místico espiritual adecuada; sin conocer el contexto en el cual se desarrollaron estos sagrados escritos.

Agreguese a ello lo que ya hemos referido en otros posts: el arbitrario establecimiento del canón bíblico tras en concilio ecuménico niceno. Hoy los teólogos de romanismo, el grecismo y el germanismo aceptan a pie juntillas los textos de ese canón netamente católico, sin objetar la presencia de los textos llamados apócrifos.

Para conocer un poco de este tema, nos remitimos al texto de Max Heindel, respecto a la Biblia.

"Antes de proceder al análisis, es necesario decir que las palabras del lenguaje hebreo, especialmente el estilo antiguo, se suceden unas en otras y no están separadas o divididas como las de nuestro lenguaje. Añádese a esto que existía la costumbre de sacar las vocales de la escritura, de manera que su lectura depende mucho de donde se inserten aquéllas, y se verá cuán grandes son las dificultades que hay que sortear para acertar con el significado original. Un ligerísimo cambio puede alterar casi completamente el significado de cualquier sentencia.
Además de esas grandes dificultades debemos también saber que de los cuarenta y siete traductores de la versión del Rey Jaime (la más comúnmente usada en Inglaterra y Norte América) únicamente tres eran eruditos del hebreo, y de esos tres, dos murieron antes de que se tradujeran los salmos. Debemos tener en cuenta, además, que el acta que autorizaba la traducción prohibía a los traductores todo párrafo que pudiera desviar grandemente las creencias ya existentes o perturbarlas. Es evidente, por lo tanto, que las probabilidades de conseguir una traducción correcta eran bien escasas.
Ni esas condiciones fueron tampoco más favorables en Alemania, porque allí fue Martín Lutero el único traductor y hasta no la tradujo del texto original hebreo, sino simplemente de un texto latino. La mayoría de las versiones empleadas por los protestantes continentales de los diversos países son simples traducciones a diferentes idiomas de la traducción de Lutero.
Ciertamente, ha habido revisiones, pero no han mejorado grandemente la materia. Además, hay gran número de personas en que insisten en que el texto traducido de sus respectivas Biblias es absolutamente exacto desde la primera hasta la última letra, como si la Biblia hubiera sido escrita originalmente en esos idiomas y o que sus versiones sean copia fidedigna de los manuscritos originales. Así que, los antiguos errores subsisten, a pesar de los esfuerzos que se han hecho para quitarlos.
Débese notar también que los que originalmente escribieron la Biblia no intentaron dar la verdad de una manera que todo el que quisiera pudiera leerla. Nada estaba tan lejos de su mente que escribir "un libro abierto sobre Dios". Los grandes ocultistas que escribieron el Zohar son muy categóricos en este punto. Los secretos del Thorah no podían ser comprendidos por todos, como lo mostrará la cita siguiente:
"!Ay del hombre que ve en el Thorah (la ley) sólo simples recitados y palabras ordinarias! Porque, si en verdad, la contuvieran éstas, podríamos escribir aún hoy un Thorah mucho más digno de admiración. Pero no es así. Cada palabra del Thorah tiene un elevado significado y un misterio sublime... Los recitados del Thorah son los vestidos del Thorah. !Ay de aquel que tome esas vestiduras del Thorah por el Thorah mismo!... Los simples sólo notan los ornamentos y los recitados del Thorah. No saben nada más. No ven lo que está encerrado en estas vestiduras. El hombre más instruido no presta atención alguna a las vestiduras, sino al cuerpo que encierran".
Las palabras que anteceden dan a entender claramente la significación alegórica. San Pablo también dice inequívocamente que la leyenda de Abraham y de los dos hijos que tuvo de Sara y de Hagar, es puramente alegórica (Gal, IV: 22-26). Muchos pasajes están velados; otros deben entenderse al pie de la letra; y nadie que no posea la clave oculta puede descifrar las profundas verdades encubiertas en lo que muy a menudo aparentan ser feísimas vestiduras.
El secreto respecto a esas materias profundas y el uso invariable de alegorías cuando se permitía a las masas el ponerse en contacto con verdades ocultas se hará también patente en las prácticas de Cristo, quien siempre se dirigió a las multitudes con parábolas, explicando después privadamente a sus discípulos el profundo significado en ellas contenido. En varias ocasiones El les impuso el secreto sobre esas enseñanzas privadas.
Los métodos de San Pablo están también en armonía con esto, pues da "leche" o las enseñanzas más elementales, a los "niños" en fe, reservando la "carne", o las enseñanzas más profundas para los "fuertes", esto es para aquellos que se han capacitado para comprenderlas y recibirlas.
La Biblia judía fue escrita originalmente en hebreo, pero no poseemos ni una sola línea de escritura original. Ya en el año 280 antes de Jesucristo se hizo una traducción al griego, la Septuagésima. Aún en tiempos de Cristo, había ya una confusión tremenda y diversidad de opiniones respecto a lo que debía admitirse como original y a lo que había sido interpolado.
Hasta después de la vuelta del destierro en Babilonia, no comenzaron los escribas a recopilar las diferentes escrituras, y alrededor del año 500 D. C. apareció el Talmud, con el primertexto semejante al actual, el que, en vista de los hechos mencionados, no puede ser perfecto.
El Talmud estuvo en posesión de la escuela Masorética, la que desde el año 590 hasta el 800 D. C. estuvo principalmente en Tiberias. Después de enorme y pacientísima labor se escribió un Antiguo Testamento Hebreo, que es el más próximo al original que tenemos actualmente.
Este texto masotérico es el que usaremos en la siguiente dilucidación del Génesis, y no confiando sobre la obra de un solo traductor, será complementada con una traducción alemana, obra de tres eminentes literatos hebreos: H. Arnheim, M. Sachs y Jul Furst, quienes cooperaron con un cuarto, y el Dr. Zunz, que fue también el editor."

Hasta ahi con Heindel por hoy: Mientras tanto, no vendría mal recordar nuestro post respecto a el cristianismo primitivo y el referido concilio niceno.

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