"Cha
Hsiang Tzu envió una compañía de cien mil hombres a cazar a la
cordillera central. Encendieron con chispas una hoguera que se extendió
por todo el bosque, y el resplandor de las llamas se veía desde cientos
de kilómetros. De repente apareció un hombre, saliendo de entre las
llamas y se le vio entre el humo. Todos le tomaron por un espíritu, y,
cuando el fuego se extinguió, salió rápido sin mostrar la menor
quemadura. Hsiang Tzu, maravillado de ello, lo detuvo para examinarlo
cuidadosamente. Su forma corpórea era sin duda la de un hombre, con sus
cinco sentidos, su respiración y su voz. Así que el Príncipe le preguntó
qué extraño poder le permitía pasearse por los precipicios y las
llamas. -¿Qué creéis que es una roca? ¿Qué creéis que es el fuego? -el
hombre preguntó. Hsiang Tzu dijo: ¿De dónde vienes, y por dónde has
pasado? -No sé nada de ello -contestó el hombre."
"El
incidente llegó a oídos del Marqués Wen, del Estado de Wei, quien habló
a Tzu Hsia acerca de él diciendo: -¡Qué hombre más extraordinario debe
ser! Por lo que he oído hablar al Maestro -replicó Tzu Hsia-, el hombre
que está en armonía con TAO entra en intima comunión con los objetos
externos y ninguno de ellos puede hacerle ningún mal. Pasa a través del
metal y de la piedra sólida, pasa a través del fuego o sobre el agua,
todo es posible para él. -¿Por qué, amigo mío -dijo el Marqués- no
puedes tú hacer todo eso? -Aún no he llegado -contestó Tzu Hsia- a
limpiar mi corazón de impurezas y de falsa sabiduría. Sólo encuentro
gusto en discutir el asunto. -Y ¿por qué -preguntó el Marqués no hace el
Maestro lo mismo? -El Maestro -contestó Tzu Hsia- puede hacer estas
cosas, pero también se puede abstener de hacerlas."
"Esta contestación encantó al Marqués."
CAPITULO XIV fragmento El Collar del Buda
Samael Aun Weor
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