viernes, 19 de octubre de 2007

¿Es cristiano el rock?

El teólogo Orlando Fedeli nos recuerda en uno de sus mejores artículos sobre cómo es que tenemos que entender el fenómeno de la música en el ser humano: "La música, -nos dice- crea estados de alma, que generan ideas correspondientes en nuestras mentes. El que permite que una canción cree en su alma un estado de melancolía y tristeza, tendrá inclinación a tristeza y melancolía y por lo tanto ideas tristes y pesimistas.
Probado está que una canción, por si sola, sin el análisis de su letra, crea estado de animo y genera ideas.
Tenían mucha razón los filósofos griegos cuando dieron a la música un importante valor en la educación y formación de los jóvenes.

Aristóteles advertía que “por el ritmo y por la melodía nace una multitud de sentimientos” y que “la música puede ayudar en la formación del carácter” y “que se puede diferenciar los géneros musicales por el modo como repercuten en el carácter”.
Tal género, por ejemplo, lleva a la melancolía, tales otros sugieren el desánimo o el dominio propio, el entusiasmo u otra disposición que mencionamos. (Citación de Aristóteles- apud W. Matt - Le Rock'n Roll, instrument de Revolution et de subversion culturelle - Ed St. Raphael Sherbrooke, Quebec, 1981 pag. 6)


Platón es más claro. En el diálogo “La República”, advierte que la música forma o deforma los caracteres, de modo más profundo cuanto más inadvertido.
La mayoría de las personas no se da cuenta que la música puede cambiar el corazón de los hombres y, de a poco, moldar su mentalidad.

Al cambiar la mentalidad, la música cambia costumbres, hecho que lleva al cambio de las leyes y de las instituciones. Por eso dijo Platón que es posible conquistar o revolucionar una ciudad cambiando su música.

“Toda innovación musical es llena de peligros para toda una ciudad…” no se puede cambiar los modos musicales sin que se cambien con ellos las leyes fundamentales del Estado”. (Platón, República, Libro III)

Para Platón, la educación musical es la más poderosa, pues permite que se introduzca en el alma del niño, desde la más tierna edad, el amor a la belleza y a la virtud. La persona bien educada musicalmente se daría cuenta de la belleza y de la armonía. Y como no existe amor sin odio, ella odiaría al feo y al malo.
Pregunta Platón:

“¿No sabrá (tal persona) alabar lo que es bueno, recibir al bien con deleite y, abrigándolo en el alma, alimentarse de él y hacerse un buen hombre mientras detesta y rechaza al feo desde niño, antes que pueda raciocinar? Cuando llegue la razón, la persona así educada la reconocerá y la abrigará como a una vieja amiga.” (Platón, República, Libro III)

Bien educados musicalmente, sigue Platón, los jóvenes crecerán en una tierra salubre, sin que pierdan ninguno de los efluvios de belleza que lleguen a sus ojos y oídos, procedentes de todos los lugares, como si un aura vivificadora los trajera de las regiones más puras, induciendo nuestros ciudadanos, desde la niñez, a imitar la idea del bello, a amarla y sintonizarse a ella.. (Platón, ídem, íbidem)
Por eso, concluye Platón, no se debería permitir que los artistas exhiban “las forma del vicio, de la intemperancia, de la vileza o de la indecencia, en la escultura o en la construcción de otras artes creadoras… “No vamos a admitir que nuestros guardianes crezcan rodeados por imágenes de depravación moral, alimentándose de una mala hierba que hubiera nacido aquí y allí en poca cantidad, pero a diario, de modo que se introduzca sin que nos demos cuenta, una enorme fuente de corrupción en sus almas.” (Platón, ídem, íbidem)

Platón insiste en el poder insinuante de la música de actuar sin que nos demos cuenta, a punto de lograr la destrucción o revolución de una sociedad “pues en ella la ilegalidad se insinúa más fácilmente, sin ser notada…como una recreación, a principio inofensiva”.

“Ni hace daño algún, a principio, pero ese espíritu de permisividad, después de encontrar un abrigo, se va introduciendo imperceptiblemente en los usos y costumbres, y, de ellos, sigue más fortalecido para los contratos entre los ciudadanos, luego de los contratos, invade las leyes y constituciones sin grandes pudores, hasta que, Ó Sócrates, cambia toda la vida privada y pública”. (Platón, República, Libro III)

Ese análisis del gran filósofo griego es tan verdadero que se aplica perfectamente a lo que pasó con las costumbres de nuestra sociedad. Llega a parecerse a un autor actual que describa lo que pasa en nuestro tiempo.
Por lo tanto, la música puede tener un efecto formador o puede ser destructiva.
Por supuesto, siendo más fácil destruir que construir, los efectos de la música dañosa son más rápidos y eficaces que los de la buena música. La corrupción estética y moral, aunque escalón por escalón, llega más rápidamente a los más hondos abismos, que la virtud en su subida hasta el colmo del heroísmo y de la santidad.
En esa labor de deformación y corrupción hecho también por medio de la música en el siglo XX, debemos remarcar el papel del liberalismo que considera todo por el lado bueno y que por eso predica que nada se debe prohibir."


Nos dice mas adelante en medio de su estudio:

"Además de comunicar ideas, la música, al crear estados de ánimo en los oyentes, los inclina a ciertos modos de actuación.
Por eso hay músicas que, al darle ánimo, llevan la persona que las escucha a luchar contra las malas tendencias que existen en todo hombre. Sin embargo, existen otras que crean estados de espíritu que llevan al vicio.
Que haya sonidos y canciones sensuales es tan verdadero cuanto que haya sonidos y canciones que suscitan la alegría o el terror.
Por eso la música puede llevar a los vicios y pecados o conducir a la virtud.
La música verdaderamente bella debe conducirnos para el bien y la virtud. ¿Y como sería de otro modo si la belleza es el bien claramente conocido? ¿Cómo sería diferente si, en Dios, Verdad y Belleza son lo mismo?

Correctamente dijo Platón, que el niño a quien se enseña a amar la buena música se inclinará a la práctica de las virtudes, pues belleza y virtud son como dos hermanas que se aman y quieren estar siempre unidas.
Uno de los más grandes pecados del romantismo fue el de no aceptar la existencia de la verdad objetiva y plantear un arte que solo fuera agradable. El romantismo separó la belleza de la verdad, como también aceptó la separación de la belleza y la moral hecha en el Renacimiento. Para el romántico, solo es bello lo que es agradable. Solo lo agradable es bello. Sin que haya relación entre lo que es agradable con el bien y la verdad.
Vaya, lo que es simplemente agradable, separado del bien y de la verdad es pecado.
Todo vicio es agradable. Lo que constituye el vicio es estar en contra la razón y contra el bien de la virtud.
El romantismo, al buscar solo lo que es agradable, se constituye pecado.
Educados por el liberalismo y por el romantismo a buscar solo lo agradable, los hombres del siglo XX pasaron del agradable puramente sentimental a lo agradable sensual hasta que sumergieron abierta y confesadamente en el sexualismo, y, luego, en la frustración, en el aburrimiento, en el misterio, en el horror y en el satanismo.
También el rock recurrió ese camino, del sentimentalismo al sexualismo y llegó al satanismo.
Con efecto, las primeras canciones en ritmo de rock fueron sentimentales. Luego llegaron a adorar al diablo.
Que el rock, además de infundir ideas, lleva al pecado, es hecho conocido, del modo más abierto y escandaloso por sus líderes más famosos."

EL RITMO ES LO QUE IMPORTA

Sin embargo, la comprensión de este tema necesita un estudio sincero de la psicología, de cómo opera la música en el ser humano. Y a través de qué mecanismos:

Al respecto nos dice:

E.R. Dodds muestra como el ritmo del tambor en el culto de Baco tenía un efecto físico y psicológico espantoso en las bacantes que, influenciadas por el ritmo del tambor y el sonido de la flauta, parecían locas.

“una tradición delfica recordada por Plutarco sugiere que el ritmo, a veces, produce una verdadera perturbación de la personalidad. (…)"
En muchas sociedades, tal vez en todas las sociedades, hay personas para quienes, como observa Mr. Aldous Huxley, “las danzas rituales permiten una experiencia religiosa más satisfactoria y convincente que cualquier otra…Es con sus muslos que muchas personas obtienen más fácilmente el conocimiento del divino”. (E. R. Dodds, The Greeks and the irrational, Univ. of California Pres, Berkley and Los Angeles, 1963, pag. 232- 233)

Según un sabio mahometano, “él que conoce el poder de la danza habita en Dios”.
Pero el poder de la danza es un poder peligroso. Como otras formas de auto capitulación, es más fácil empezar que quitárselo.
En la extraordinaria locura de bailar que de tiempos en tiempos invadió a la Europa del siglo XIV hasta el siglo XVII, la gente bailaba hasta caerse- como el bailarín en el Bacchal 136 o el bailarín en el florero (griego) de Berlín (No 2471) – y se quedaba inconsciente mientras sus amigos les pisaban”. ".(E.R. Dodds, op. cit., pag. 271 à 272)

Frank Zapper, músico de rock, asegura:

“Me di cuenta que esa música se apodera de los jóvenes porque su fuerte batida se parece a los grandes ritmos del cuerpo humano”. (Mons. R. Williamson, op. cit., pag. 27)

Walter Matt escribe:

“El martillo de la música rock tiene como objetivo excitar sexualmente a los oyentes, sobretodo a los jóvenes."

Eso puede ser explicado. La música rock tiene poca melodía, el texto no tiene sentido - buen sentido- (a veces tiene un sentido horrible y espantoso).
Resta el elemento esencial: el ritmo, y nuestro cuerpo es sensible al ritmo.
A los miembros de la “American Psychiatric Association”, Dr. Howard declaró:

“Primeramente, aunque considerando todo, cuanto más el movimiento ultrapasa en velocidad al ritmo del pulso y sube más que el común, mas aumenta la tensión emotiva.” (W. Matt, op. cit., pag. 5)

Él cita, además, las observaciones de Alice English Monsarrat, que dice que "con el ritmo del rock (…) se puede producir sobre cualquier organismo una desintegración histérica como la que se vería en una persona que intentara lanzarse, con rabia, en dos direcciones contrarias al mismo tiempo (…) La psiquiatría conoce ese fenómeno: es, precisamente, un conflicto de emociones creado por la acción de dos estimulantes con percusiones divergentes que conduce a nuestras clínicas muchas personas que se tornaron irrecuperables restos de humanidad”. (W. Matt, op. cit., pag. 6)

Monseñor Richard Williamson concluye lo mismo cuando explica los efectos de la música rock:

“Al dirigir cuidadosamente la secuencia de los ritmos, dice John Phillips, del grupo “Mamas and Papas”, se puede inducir la histeria en la platea. Sabemos como hacerlo. Cualquiera sabe hacerlo. Y para probar lo que decían, causaron un motín en un concierto en Phoenix, Arizona”. (Mons. R . Williamson - in Semper no. 2 Revista da Fraternidade Sacerdotal S. Pio X, Portugal, pag. 28).

En otra citación, Mons. Williamson nos dice que: “Para dar un ejemplo de análisis médica del proceso según el cual el ritmo puede “quebrar” el cuerpo, los médicos observan que el sistema nervioso autónomo del cuerpo humano es bañado por el líquido cerebro-espinal, que tiene su pulsación dirigida por la glándula pituitaria, la que gobierna todo el cuerpo.
Esa glándula influye sobre casi todos los procesos vitales del cuerpo, dirige, por ejemplo, la secreción de las hormonas de las glándulas endocrinas del cuerpo.
Si ella se desgobierna por las vibraciones del “beat” (batida del rock), la glándula pituitaria va a desgobernar consigo todo el sistema nervoso, que va a subvertirse.
Entonces se puede imaginar una excreción anormal de hormonas sexuales, por ejemplo, que explicarían los movimientos eróticos de las danzas del rock.
El ritmo y la danza son los medios para que se llegue al sistema nervioso.
Tengo películas que muestran que los ritmos primitivos de una tribu del Kenia y un grupo de músicos en un salón de baile de Londres producen las mismas emociones de trance”, dijo Dr. William Faragut en la Royal Society of Medicin (…).

"Además, el “beat”, al estimular la secreción de la hormona epinefrina, disminuye el calcio de la sangre, que es muy importante para dirigir el sistema nervoso y el azúcar, único alimento del cerebro. Por eso se agotan los nervios y se descompone el cerebro luego de un concierto de rock. La fuerte estimulación de la sensualidad y concomitante depresión de la inteligencia y de la razón desemboca en el erotismo y en la violencia; el suicidio de la razón tiende al suicidio real”. (Mons. R. Willianson, op. cit., pag. 28-29)

Padre Regimbal asegura que el “beat” puede producir una aceleración de la pulsación cardiaca y aumentar a los niveles de adrenalina; puede provocar no solo un bien estar sexual, sino que una excitación que puede llegar al orgasmo”. (Pe. Regimbal, op. cit., pag. 26).
Ese autor nos trae importantes observaciones sobre los efectos del ritmo del rock. Él cita un trabajo del Dr. Bob Larson y de un grupo de médicos de Cleveland, que examinó cerca de 200 pacientes, habituales oyentes de rock. Dice Dr. Larson:

“Hemos observado que esa música puede causar efectos físicos espantosos: alteración en la pulsación y respiración, aumento de la secreción de glándulas endocrinas, especialmente de la pituitaria, que dirige los procesos vitales del cuerpo. Cuando sube la melodía se contrae la laringe, cuando disminuye la laringe se suelta.
El metabolismo de base y la taja glicemica en la sangre cambian en una audición.
Se puede considerar pues, que es posible “tocar” el cuerpo humano como si fuera un instrumento musical y, en realidad, algunos compositores de música electrónica se han propuesto a manipular el cerebro por medio de un “cortocircuito” en las facultades conscientes, exactamente como hacen las drogas. El ritmo predominante en el rock y en la música pop, inicialmente condiciona al cuerpo, luego estimula algunas funciones del sistema endocrino”. (Dr. Bob Larson, apud Pe. J. P. Regimbal, op. cit., pag. 32).

Vea que, según Dr. Larson, el rock tiene un efecto que se parece a las drogas.

En esa misma obra hay otra citación importante:

"El celebre músico terapeuta Adam Knieste, en el informe de un estudio de diez años sobre los efectos de la música rock escribió: “El problema principal que el rock causó en los pacientes que traté está claramente ligado a la intensidad del ruido que provoca hostilidad, agotamiento, narcisismo, pánico, indigestión, hipertensión y una rara narcosis. El rock no es un pasatiempo inofensivo, es una droga más mortal que la heroína y que envenena la vida de nuestros jóvenes”. (Pe. J. P. Regimbal, op. cit., pag. 33).

Con esas palabras confirmó Dr. Knieste lo que dijo Dr. Larson, pero fue más enfático: “El rock es una droga peor que la heroína”.

Sacamos todavía de la obra de Pe. Regimbal las conclusiones de los médicos Drs. Mac Rofferty, Gramby Blaine, Bernarda Saibel, Walter, Wright, Frank Garlock, Tom Allen y otros. Según esos médicos, el rock, con su ritmo verdaderamente alucinante, provocaría en los oyentes esos efectos, entre otros:

Modificación de las reacciones emotivas, de la frustración hasta la violencia incontrolable”.
“Sobre excitación neuro sensorial que produce euforia, sugestión, histeria y alucinación”.
“Graves perturbaciones en la memoria”.
“Estado hipnótico o cataléptico que transforma a la persona en algo como un zumbí o robot”.
“Estado depresivo que va de desde la neurosis hasta la psicosis”.
“Tendencias suicidas u homicidas”.
“Auto mutilación, auto inmolación y auto punición”.
“Impulsos irresistibles de destrucción y vandalismo”.
(Pe. J. P. Regimbal, op. cit., pag. 33)

Durante el I Congreso Mundial sobre Prenatal, en Granada, se presentaron estudios que muestran que la música de Madonna, por ejemplo, favorece la ocurrencia de aborto, razón por la cual la Cruz Roja recomendó a las mujeres que caso vayan a conciertos de rock ocupen los últimos lugares. (O Estado de São Paulo, pág. 15, 18- III-93)
Son conocidas las acciones sin razón de los jóvenes unos contra los otros en las discotecas.
Son también conocidos los muchos grupos de rock que destruyen totalmente sus costosos instrumentos al cierre de sus conciertos. La práctica del “mosh”- roquero que ya no se contiene en su euforia y se arroja al aire sobre los otros- es otra prueba de la falta de dominio que lleva a la violencia y a actos incontrolables.
En resumen, los efectos fisiológicos y psicológicos del ritmo del rock llevan a los jóvenes, hecho ya conocido públicamente, a actos inmorales que los cantores de rock predican por medio de las letras de sus canciones o por los ejemplos de sus biografías, como:

Perversiones sexuales y pornografía
Uso de drogas
Rebelión contra toda ley y autoridad
Violencia
Suicidio
Crimen y parricidio.

Como vemos, lo que importa verdaderamente del rock es el ritmo, un grupo puede estar interpretando supuestamente canciones a Dios, pero la naturaleza emocional del titmo es lo que provoca que el total de la música sea cien por ciento diabólica y nociba para el cuerpo humano. Cristo nos dijo que hay que amar al prójimo como a sí mismo, si sabemos que el ritmo del rock nos hace daño, entonces ¿por qué creemos que el rock cristiano alaba a Dios, cuando es todo lo contrario?.

El mismo Fedeli nos dice en su reflexión final:
Por supuesto, muchos jóvenes, que aprecian al rock, dirán que no aceptan ese rock satánico, ni el rock pesado.Este argumento tiene la misma sustentación que aquél del drogado que dice no aceptar la cocaína, solo las drogas más leves. El viciado en drogas leves no deja de ser toxicómano.Su camino natural es llegar a las drogas pesadas.El vicio en drogas leves también es un vicio, también es condenable.El rock satánico o rock pesado ha explicitado, más claramente, lo que estaba subyacente en el ritmo alucinante – y por eso irracional – y en la magia del rock desde el inicio.El repudio a la razón y la proposición de la sensación como un valor a se buscar por si mismo significaban un repudio a la sabiduría que obtiene el hombre, de manera sobrenatural, por la gracia y, naturalmente, por medio de su inteligencia.

El repudio de la razón, predicado por el liberalismo y por el romantismo significaba una recusa a la verdad. Y la Verdad es Nuestro Señor Jesús Cristo. “Ego sum Veritas, via et vitam" ? Es espantoso que ese repudio a la verdad- Cristo- al fin llevase al satanismo? Por lo tanto, el rock nos parece un ritmo intrínsicamente malo. No se puede aceptarlo."

"La Iglesia Católica -nos dice- tuvo a bien el censurar gravemente ritmos modernos como el tango y el vals...¿Qué él pensaría de los sacerdotes que quieren usar en la misa ese ritmo satánico con la excusa de atraer a los jóvenes? Quien atrae las almas es Cristo. Cuando fue levantado atrajo todo hacia Si… (Jo, 12,23)No está permitido a los jóvenes que se entreguen a las bajas sensaciones cuando pueden alcanzar a la santidad y al cielo. "

Lo que importa, vuelvo a repetir, es la música. Y particularmente el ritmo. Los que estudian música saben que esta se puede dividir en ritmo y melodía. La buena música, como la clásica contiene esencialmente melodía. El rock, la salsa y el merengue, por ejemplo, se basan esencialmente el ritmo. El ritmo ya vimos, induce al organismo a respuestas no siempre saludables.

Como dice un estudio:" nosotros hablamos de música, no de las palabras en la música. La Música tiene poder, para bien o para mal. Déjame explicarlo. La 'música sacra' tiene fuerte melodía. La parte de música a la que el espíritu responde es la melodía. Efesios 5:18-19 muestra que la parte más destacada de música debería ser la melodía. "Y no os embriaguéis con vino, pues en esto hay desenfreno. Más bien, sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, himnos y canciones espirituales; cantando y alabando al Señor en vuestros corazones (esto último, se refiere a la philokalia)

Entendiendo esto no podemos pues iarnos de las personas por sus acciones externas, sino por la naturaleza de su corazzón, y la trascendencia de sus actos. ¿Cómo puede llamarse cristiano alguien que consciente o inconscientemente promueve ritmos que dañan el sistema nervioso. No sería esto una falta de amor?. Cristo nos dice "Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros vestidos de ovejas, pero que por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? .... El árbol sano no puede dar malos frutos, ni tampoco puede el árbol podrido dar buenos frutos. (Mateo 7,15-16)

Algunos seguidores del rock evangélico o catóilico podrían decir: "Yo sabría si los artistas Cristianos de rock fueran pecadores!" .No, según la escritura siguiente: Hechos 16,16-18 dice:
"Aconteció que, mientras íbamos al lugar de oración, nos salió al encuentro una joven esclava que tenía espíritu de adivinación, la cual producía gran ganancia a sus amos, adivinando. Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, gritaba diciendo: ¡Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación! Hacía esto por muchos días. Y Pablo, ya fastidiado, se dio vuelta y dijo al espíritu:
¡Te mando en el nombre de Jesucristo que salgas de ella! Y salió en el mismo momento."
Esa niña poseida por demonio era bien capaz de proclamar la verdad de Dios.

Escuchemnos pues pues las composiciones excelsas de los grandes maestros: Bach, Beethoven, Mozart. Toda la música sacra. El canto gregoriano. Bach padre era un convencido luterano espiritual, y supo mejor que nadie que en la excelsa armonía de la melodía (y no solo del ritmo brutal) se puede comprender y alabar vverdaderamente a Dios, El decía a diferencia de muchas estrellitas del pop rock pseudo cristiano : La música se nos daba para glorificar a Dios en el cielo y para edificar a los hombres y las mujeres en la tierra. No era para hacer montones de dinero o responder a las necesidades de mi ego, ni para ver mi nombre con anuncios luminosos. La música tenía que ver con bendecir a Dios y bendecir a los demás.

Bach como profunbdo creyende y dependiente absoluto de Dios , le obligaa Bach a componer obras que manifiesten tal orden, obras en que en todos sus aspectos, sean éstos de estructuración formal, relaciones métricas, construcción de motivos, etc., se descubra en la música la cara de Dios.

Pero eso sera materia de otrop tema ya.

No hay comentarios: