Dentro de los estudios teológico de carácter diverso que podemos encontrar, hemos observado que las principales objeciones al dogma de la reencarnación, la transmigración y el retorno o renacimiento, están sustentadas en principio por dos tipos de criterios:
a) los criterios de tipo teológico o bíblico ortodoxo.
b) Los cuestionamientos que nacen de una información deficiente y contradictoria al respecto.
Aunque con respecto a la primera duda, estamos haciendo algunas observaciones que permitan dar luz sobre el tema, a partir del cristianismo gnóstico clásico y contemporáneo, como el que sustentamos hace un tiempo atrás. El tema es aún más amplio y requiere de estudios algo mas precisos. No sin antes aclarar nuestras dudas con respecto al canon bíblico y sus respectivas traducciones.
Con respecto al segundo punto, vamos a tratar de esbozar el enfoque cristiano gnóstico y contestar las preguntas mas frecuentes de la teología ortodoxa.
Antes de todo ello, aclararemos los términos de acuerdo al criterio mas sensato que se mantiene el cristianismo gnóstico. El cual difiere de otras fuentes, como el dogma de la simple evolución teosófica.
Retorno o Transmigración: El alma o porcentaje conciente del Ser vuelve a tomar apariencia física cada determinado espacio de tiempo, acompañado de los elementos indeseables o egos. Este proceso es guiado por la Ley que en el Indostán se denomina Karma.
Recurrencia: Si todo retorna, el ego, demonio o yo pecador (pluralizado) también, y si todo se repite, es claro que el ego vuelve a repetir el drama de la existencia. Esta es la ley de Recurrencia: Todo vuelve a ocurrir tal como sucedió más los resultados.
Reencarnación: Solo un alma evolucionada retorna de manera voluntaria, elige su familia, su país, etc. El resto de porcentajes de almas, esencias, retorna o transmigra mecánicamente según las leyes cósmica: karma, ritmo, etc.
Simplicio, citado por Ouspenky, escribió: "Los pitagóricos dijeron que las mismas cosas se repiten una y otra vez".
Nietzche intuye de algun modo también el "Eterno Retorno"
Para la doctrina gnóstica la repetición mecánica de las circunstancias del yo pecador (ego) impide la Verdadera Redención, a menos que el cristiano se decida a revolucionarse a sí mismo con la Negación de Si mismo, la muerte del yo pecador, la castidad científica y la caridad. Y, en última instancia, la Cristificación de su porcentaje de Alma.
Este proceso debe complementarse con el conocimiento y la comprensión de las leyes de Evolución e Involución.
La teología ortodoxa plantea algunas cuestiones a todos estos conceptos , las mismas que enumera el Lic. Guido Adolfo Rojas Zamorano :
1. No puede definir con claridad en qué momento el alma humana empieza a existir
2. No se sabe cuántas vidas tienen que experimentar
3. No se determina cuánto tiempo tiene que pasar entre una reencarnación y la otra
4. No está establecido cuanto tiempo dura todo este proceso de nacer, morir y renacer hasta alcanzar el ciclo final
5. No presenta una explicación lógica al origen del mal, pues si solamente los buenos o los menos buenos reencarnan en seres humanos; los malos que renacen en seres inferiores, tendrán una desventaja al no tener conciencia de sus errores pasados.
1. No puede definir con claridad en qué momento el alma humana empieza a existir
2. No se sabe cuántas vidas tienen que experimentar
3. No se determina cuánto tiempo tiene que pasar entre una reencarnación y la otra
4. No está establecido cuanto tiempo dura todo este proceso de nacer, morir y renacer hasta alcanzar el ciclo final
5. No presenta una explicación lógica al origen del mal, pues si solamente los buenos o los menos buenos reencarnan en seres humanos; los malos que renacen en seres inferiores, tendrán una desventaja al no tener conciencia de sus errores pasados.
Pasemos entonces a definir estas cuestiones.
1. No puede definir con claridad en qué momento el alma humana empieza a existir
La concepción sobre el origen del alma es el mismo que comprende la teología cristiana ortodoxa. Es mas, sus conceptos al respecto serían infecundos sin el auxilio que brindaron las corrientes gnósticas en los dos primeros siglos de la historia del cristianismo (antes del credo niceno).
Toda la teoría de la Salvación gnóstica se centra en el regreso al Padre, El Ser o al Uno, al Pleroma (reino de la luz, donde mora el Dios bueno, origen del hombre y hacia donde este se debe encaminar). Los gnósticos de aquel entonces percibían las deficiencias lógicas y morales de este mundo como signo de su error, ya que el hombre se sentía como un desterrado que anhelaba una perfección y felicidad que este mundo imperfecto era incapaz de darle.
Por tanto, el lugar propio del hombre se encontraba en otro ámbito distinto al terrestre, en donde la unidad-verdad fuese fuente de perfección y permanencia (alejados del tiempo seréis seres de luz y no de muerte), pasando de la ignorancia al conocimiento perfecto. Todas las cosas tienen un único origen, ingénito, inmortal y bueno" (Ptolomeo, Carta a Flora)
El hombre, mediante la gnosis, que es un conocimiento superior, que procede de Dios, y que el hombre descubre mediante la recuperación de la memoria sobre su origen y esa chispa de la divinidad que hay en su alma.
Por tanto, el lugar propio del hombre se encontraba en otro ámbito distinto al terrestre, en donde la unidad-verdad fuese fuente de perfección y permanencia (alejados del tiempo seréis seres de luz y no de muerte), pasando de la ignorancia al conocimiento perfecto. Todas las cosas tienen un único origen, ingénito, inmortal y bueno" (Ptolomeo, Carta a Flora)
El hombre, mediante la gnosis, que es un conocimiento superior, que procede de Dios, y que el hombre descubre mediante la recuperación de la memoria sobre su origen y esa chispa de la divinidad que hay en su alma.
Por tanto el origen del alma está en el aliento mismo de Dios descrito en el Génesis. El aliento de vida o "Nephesh Chayim" es la comunicación del alma a la creatura de arcilla (el golem). El hombre sin ese hálito de vida sería equivalente a una estatua. No sería imagen ni semejanza.
Algunas metáforas comparan asi a Dios como un gran Sol, del cual salen constantemente chispas de fuego. Estas chispas siguen su proceso de ascención a finde reintegrarse a Dios mismo. Este camino es largo, y requiere de constantes encarnaciones o transmigraciones, en las que se posibilita al alma su ascención hacia lo divino si así lo siente profundamente. La oportunidad de redención es ofrecida a todas estas chispas, pero solo algunas aspiran a la mística santidad, a la mestrría de su Ser.
El cristianismo siempre observó que alma y cuerpo se yuxtaponen en esta existencia, pero lo que trasciende es el alma, ya que la carne muere. El bashar (carne) es un concepto que no se opone a ruah (soplo) .Cuando Pablo dice: "Vuestros cuerpos son templo del Espíritu...(1 Cor 6,19)" o bien "Ustedes son el templo... (1 Cor, 3-17)" resalta el aspecto experimentable del concepto.
Sin embargo Cristo mismo recordo que la carne (bashar) es débil, y a veces es un obstáculo para la ambición celeste del espíritu divinal.
El gnosticismo identifica el alma, lo mismo que los padres de la iglesia, con la conciencia. De la cual decimos poseemos una mínima porción, ya que el resto está obstruida por los egos (yoes pecadores, yoes del error). A medida que despertamos conciencia, se ilumina el alma.
2. No se sabe cuántas vidas tienen que experimentar
Los evangelios canónicos han disimulado y destruido las referencias a este ciclo, si bien pueden ser comprendidos en el simbolismo del número nueve (9). «...os enviaré mi bendición el sexto año, y ella hará que haya fruto por tres años… hasta el año noveno, hasta que venga su fruto, comeréis del añejo» (Lv. 25:20-22).
Esto porque el ciclo de encarnaciones es 108 ( 1+8 =9). El siete representa la organización interior de la Chispa.
A todas las personas son concedidas 108 existencias para que hagan su trabajo. Esto está simbolizado en las 108 cuentas del collar de Buda entre los indostánicos. Si en esas 108 existencias no nos auto-realizamos, entramos en el proceso de involución.
Este ciclo de evolución e involución corresponde a un giro de la llamada rueda del Samsara.
Otras 108 existencias tendrá la Esencia para realizar su trabajo de Auto-Realización.
Sin embargo, la rueda del Samsara gira 3000 veces para cada existencia. Después del último giro todas las puertas estarán cerradas. El Real Ser entonces recogerá su esencia que volverá inconsciente para el Absoluto. Concluimos entonces que tenemos 108 X 3000 = 324.000 (otra vez el nueve) existencias para hacer nuestro trabajo. El problema es que somos muy antiguos, pasamos muchas veces por los mismos procesos involutivos y evolutivos y no sabemos cuántas existencias nos faltan.
3. No se determina cuánto tiempo tiene que pasar entre una reencarnación y la otra
Este proceso está sometido a la ley del karma y el dharma. A veces para que una chispa divinal alcance sumejor desarrollo le conviene nacer pronto, lo cual a veces trae un problema, ya que este ser será una especie de "adelantado a su época". La esencias que retornan pronto suelen ser a veces niños prodigio. Un caso conocido es el de Mozart, quiem fue preciso que retornara desde su anterior encarnación, a fin de que la paternidad de Leopold y el ambiente favorable de Austria en su tiempo, le permitiera desarrollar su misión musical.
En otros casos el tiempo puede tardar hasta mas de un siglo.
4. No está establecido cuanto tiempo dura todo este proceso de nacer, morir y renacer hasta alcanzar el ciclo final
Como ya dijimos, esta respuesta es de 324.000 existencias . Aunque un Alma que Retorna al Padre en menor tiempo que este ciclo mecánico es siempre preferible.
Muchos de los primeros escritos cristianos o cartas terminaban con el número 99, porque la gematría de la palabra «amén» o el «verdaderamente» de nuestro Señor es el 99. Esto nos recuerda nuevamente que el número 9, siendo 3 x 3, es un símbolo reforzado de la perfección divina. El nueve es la esperanza del retorno al Padre. Que se haga su Voluntad.
5. No presenta una explicación lógica al origen del mal, pues si solamente los buenos o los menos buenos reencarnan en seres humanos; los malos que renacen en seres inferiores, tendrán una desventaja al no tener conciencia de sus errores pasados.
Este concepto es verdaderamente erróneo. Mientras dura el ciclo evolutivo siempre la tendencia es a mayor, vale decir, desde mineral, a animal y luego "humano". El objetivo luego de llegar a este punto es el de aceptar la Redención Crística y luego, la Unión con el Padre.
Pero como muchos son los llamados y pocos los elegidos, y hay semillas que caen en mala tierra; terminado el ciclo de evolución, comienza el ciclo de involución. Quien tiene que sacar la sabiduría es el Ser interior, al acontecer ese sufrimiento infernal o mas bien, purgatorio. Quienes no siguen la salvación, obviamente que se pierdem.
Si luego de todo este periodo de giros y giros de la Rueda del Samsara nunca se liberan, entonces el alma retorna al Padre pero en estado puro. No es un alma que ha trabajado sobre sí, no alcanza la maestrría.
Nuestra doctrina nos dice que aquellas almas que no se esfuerzan por santificarse y, mas aún, alcanzar la maestría; se comparan a aquellas con la distancia que hay entre una hormiga y un humano.
Aclaramos finalmente que los cristianos gnósticos nunca decimos que solo hay una etrna evolución y que todas las almas van a regresar al Padre mecánicamente. Los cristianos gnósticos estamos en perfecto acuerdo con nuestros hermanos ortodoxos, que se requiere un esfuerzo voluntario, una infinita caridad, y un amor profundo, para alcanzar esta meta.
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