sábado, 9 de febrero de 2008

La búsqueda gnóstica del Dr. Gustav Jung

Uno de las personalidades mas destacadas en el campo de la investigación científica y de las ciencias humanas en general de este siglo es Karl Gustav Jung. Su obra es enormemente variada y extensa. Durante sus 86 años se interesó por diversos campos del conocimiento, llegando a ser erudito en varios de ellos. Su producción literaria es, consecuentemente, muy amplia, reflejando tanto sus intereses y preferencias personales, como el propio desarrollo teórico de sus postulados a lo largo de la vida.
Karl Gustav Jung, nació el 26 de julio de 1875, en algún lugar de Kresswil, cantón de Thurgau, Basilea, Suiza. Muchos consideran a Jung un hombre religioso, así mismo un místico, un brujo, un esoterista.
Mas en vida, Jung siempre se negó a seguir y profesar la doctrina de su padre (pastor luterano) o cualquier otra religión confesional.
Es que Jung, se negaba a ser parte de un sistema religioso muerto.
Por eso dedicó su vida a la búsqueda, a la comprensión y a la explicación de Dios como algo vivo, concreto y experimentable, haciendo de esa su búsqueda, la base de todo su trabajo.
Las consecuencias de esa actitud, que sustentó a lo largo de toda su longeva existencia, rodearon a Jung, por un lado, del desprecio de los religiosos, creyentes y teólogos de las corrientes dogmáticas de todo tipo; y del otro, recibió la descalificación y el escarnio de los hombres de ciencia. Lo que pocos conocen sin embrago es la tremenda importancia que tuvo la gnosis en la vida de este eminente científico.

Fue solamente después de la muerte de Jung en 1961, y en especial después de la publicación de sus notables fragmentos autobiográficos, (Memories, Dreams and Reflections), que una corriente de revelaciones cada vez más arrojadas comenzó a surgir de sus discípulos y de las divulgaciones póstumas de notas y cartas del propio Jung. Esa multiplicidad de revelaciones mostró que, entre 1912 y 1917, Jung pasó por un extenso período de experiencias que envolvieron un enorme fluir en su conciencia a partir de fuerzas que él llamó de arquetípicas, las que, en épocas precedentes, habían sido juzgadas como divinas o demoníacas. Comentase que en ese período Jung se apartó de la mayoría de las actividades externas, con excepción de una pequeña parte de su práctica psiquiátrica. Escribió en esa época el registro de sus experiencias interiores, un total de 1330 páginas manuscritas, ilustradas por su propio puño. Las pinturas fueron hechas con pigmentos que él mismo fabricaba, según el estilo de los artistas de eras pasadas. Algunas de las más bellas pinturas y manuscritos fueron encuadernadas en cuero color bermejo y guardados en un lugar de honor entre sus pertenencias, razón del nombre con que fueron conocidos: Red Book.
De hecho, Jung no es «científico» en el sentido más estricto de la palabra hoy en uso, en la medida en que él no controló variables ni condujo pruebas cuidadosas y repetitivas. Su «ciencia» consistió en el desarrollo de un cuerpo sistematizado de conocimientos resultantes de la observación, del estudio y de los descubrimientos de principios y significados subyacentes al área de sus estudios a través de la utilización de patrones científicos de objetividad.
Tal vez sea conveniente recordar que Freud condujo gran parte de su búsqueda de modo semejante a la de Jung. Él descubrió los secretos de los sueños a través del análisis de sus propios sueños.
En 1917, Jung se vio delante del círculo de grandes escritores ocultistas de su tiempo, a ejemplo de HP Blavatsky , Rudolf Steiner, entre otros.
Como se podría esperar, Jung mantuvo por toda la vida un contacto constante con las formas misteriosas que inspiraron su Red Book. Su trabajo científico jamás representó un compartimiento de su existencia que fuese o pudiese ser separado de su vida profética y mística; los dos estaban intrincados e inexorablemente interrelacionados. El Jung místico guiaba e inspiraba, el Jung científico, en cuanto el médico o el psicólogo proporcionaban equilibrio y buena sensibilidad y convertir "prácticos" los mensajes de los Dioses y de los demonios arquetípicos. Tanto en objetivo como en contenido la obra constituyó un ejemplo del precioso principio de conjunción ejecutora, la unión de polaridades.

Karl Jung permitió la publicación de apenas una fracción del vasto material arquetípico. Este fue escrito en corto período, entre el 15 de diciembre de 1916 y 16 de febrero de 1917. De acuerdo con declaraciones en sus fragmentos autobiográficos, Jung lo concluyó en tres noches. La producción de ese pequeño libro fue precedida por eventos extraños y estuvo repleta de fenómenos de naturaleza parapsicológica. Primero, varios hijos de Jung vieron y percibieron personalidades fantasmagóricas en la casa, en tanto él mismo sintió una atmósfera amenazadora a su entorno. Uno de ellos tuvo un sueño de tono religioso un poco amenazador envolviendo un ángel y un demonio. Entonces en una tarde de domingo la aldaba de la puerta de la entrada sonó furiosamente. Podía verse moviéndose frenéticamente, mas no había nadie a la vista que fuese responsable por el acto. Una multitud de espíritus parecía llenar la sala, en verdad la casa, y ninguno podía respirar normalmente en el vestíbulo infestado de fantasmas. El doctor Jung gritó con voz perturbada y trémula: «en nombre de Dios, ¿qué significa eso?». La respuesta vino en un coro de voces fantasmagóricas: «volvimos de Jerusalén, donde no encontramos lo que buscamos». Con esas palabras comienza el tratado que se titula en latín "Septem Sermones ad Mortuos" y entonces continúa en alemán con subtítulo Siete exhortaciones a los muertos, por Basílides de Alejandría, la ciudad donde oriente y occidente se encuentran».
De hecho Jung parece atribuir la autoría del propio documento a Basílides, el insigne patriarca gnóstico. Parece ser que Jung solía meditar debajo de un árbol que le era muy especial, el cual lo sobrevivió solo tres días, por efecto de un rayo.

Bastantes décadas más tarde, el propio Jung diría que dichos sermones fueron la inspiración para sus teorías más avanzadas e insistiría en que, de alguna forma, esas teorías estaban ya contenidas en ellos. Ela autor Stephan Hoeller ha publicado un interesante estudio sobre las investigaciones jungianas titualadas "Jung Gnóstico". Sin embargo nos limitaremos en esta oportunidad a enumerar aquí algunos de los conceptos gnósticos de Gustav Jung, insigne precursor de la ciencia de Acuario.

Doctrinas Gnósticas de Jung:
-Los "muertos" son quienes han cesado de crecer hacia su verdadero Ser, hacia su "Yo Superior" y por ello no se cuestionan ya su propia existencia como egos generadores de deseos. Así, al no seguir avanzando por el sendero que conduce a la iluminación, se han convertido en "muertos vivientes". Para liberarse de ello se necesita una experiencia espiritual de profunda transformación psicológica que nos permita la conexión con el Ser. Si bien es cierto no profundizó este camino desde la psicología, tal como sui consiguió aproximarse Georges Gurdjieff.

-Postuló la tesis de los arquetipos existentes en el inconsciente colectivo de todas las culturas terrestres. Esta tesis está en perfecta concordancia con la existencia de los Archivos Akáshicos, que conservan la memoria de la naturaleza.

-Fué uno de los primeros científicos ortodoxos en advertir que la personalidad es falsa, remontandose a la significación de esa palabra " persona = máscara". Es necesario liberarse de ella para penetrar en la Verdad del Ser. Concepto gnóstico.

-Investigó profundamente en la Alquimia, de la cual pudo obtener importantes revelaciones en su campo de estudio, es decir en la alquimia psicológica; pero tambien hay evidencia que Jung conoció la alquimia sexual: en efecto, Jung practicó disciplinadamente el Kriya Yoga, técnica oriental concordante con la castidad científica del cristianismo gnóstico.

A continuación copioamos uno de los textos gnósticos de Jung, en cuyas palabras podemos encontrar a la Manifestación de su Verdadero Ser:

He regresado, otra vez estoy aquí...
Estoy contigo; luego de largos años de vagar Otra vez, he regresado a ti.
¿Debería contarte todo lo que he visto, experimentado, bebido en mi interior? ¿O no quieres oír nada acerca de todo el ruido de la vida y el mundo?
Pero una cosa debes saber, una cosa he aprendido, que hay que vivir esta vida. Esta vida es el camino, el más buscado, el camino hacia lo comprensible, que llamamos divino. No hay otro camino. Todos los caminos son senderos falsos. Yo hallé el camino correcto, me condujo hacia ti, a mi alma. Regreso,moderado y purificado.
Entonces yo estaba totalmente absorto en el espíritu de los tiempos y pensaba de forma diferente que el alma humana.Pensaba y hablaba mucho acerca del alma; sabía muchas palabras eruditas acerca del alma; la juzgaba y hacía de ella un objeto científico. No consideré que el alma no puede ser objeto de mi juicio y conocimiento.
Mucho más son mi juicio y mi conocimiento el objeto de mi alma.Por lo tanto el espíritu de las profundidades me presionaba para que hablara a mi alma, para que la llamara como un ser vivo e independiente cuyo redescubrimiento significa la buena fortuna para mí. Me había perdido de mi alma, durante muchos años.
El espíritu de las profundidades ve el alma como un ser independiente, vivo, y con ello contradice al espíritu de los tiempos, para quien el alma es algo dependiente de la persona,que se deja ordenar y juzgar, es decir, algo cuyo alcance podemos captar.
Ante el espíritu de las profundidades, este pensamiento es presunción y arrogancia. Por lo tanto, el gozo de mi redescubrimiento fue humilde... Sin el alma, no hay forma de salir de este tiempo.
En alguna parte, alguna vez, hubo una Flor, una Piedra, un Cristal; una Reina, un Rey, un Palacio; un Amado y una Amada, hace mucho, sobre el Mar, en una Isla, hace cinco mil años... Es el Amor, es la Flor Mística del Alma, es el Centro, es el Sí-Mismo... Nadie entiende esto, sólo algunos poetas (Los que tienen la gnosis es decir los Gnósticos), sólo ellos me comprenderán...

C. J.Jung (V.M. B)

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